Cosas que pasan, parece que igual a quienes apostaban por una lectura plebiscitaria de la cita con las urnas del domingo en Catalunya les viene mejor una lectura versión electoral-representativa y viceversa. La CUP ha triplicado de largo su representación de 2012, es la fuerza más pequeña del nuevo Parlament, pero tiene el complejo, incómodo y muy codiciado papel de decidir. Si la figura política de Artur Mas sobrevive o no a su propio proceso, para empezar; y, para continuar, si se aprueban o rechazan muchas cosas en ese nuevo Legislativo en que la coalición ganadora -Junts pel Sí- suma un escaño menos que el resto de grupos sin contar la CUP -62 vs. 63-. Diez parlamentarios pueden valer mucho, mucho más que los escasos once de Catalunya Sí que es Pot. No digamos 25, los de Ciutadans, que le sirvieron para arrancar a Albert Rivera su campaña de las generales, con un Mariano Rajoy derrotado por incomparecencia, tras propinar al PP catalán un castigo épico. Lo de que el ministro de Exteriores fuera la voz popular en el debate electoral catalán frente a Oriol Junqueras tuvo su guasa, pero a Pedro Sánchez le bastó colocarse ante tres banderas para parecer el presidente español en las conexiones en directo de las televisiones y hacer ver que perder cuatro escaños de 20 no está tan mal. Cosas que pasan...