En marzo de 2012, cuando Patxi López era lehendakari, publiqué en este mismo espacio un texto sobre el fracking del que voy a reproducir unos fragmentos. El PSE ya no gobierna, de hecho ha cambiado de opinión a la hora de defender las posibilidades de la extracción de gas mediante fractura hidráulica, pero eso es lo de menos, porque la amenaza continúa. Procedo: “El Gobierno Vasco quiere hacer agujeros en Álava. Dice que hay mucho gas adherido a las rocas del subsuelo. Sacarlo cuesta dinero, aunque no tanto como el que ganarán comercializándolo (...). Para sacar este gas de esquisto hay que inyectar agua a presión con elementos químicos, mucha agua, mucha química (...). Mucha gente cree que esta técnica es peligrosa; de hecho, hay casos documentados de pequeños terremotos, aguas envenenadas, reses muertas (...). Lo que no pueden negar el Gobierno Vasco y las empresas aliadas es que existe un riesgo. Es cierto que en ocasiones quien no arriesga no gana, pero ese riesgo debe asumirlo quien lleva a cabo la acción; exagerando: si sale mal te matas, pero no te llevas por delante a los espectadores. Que se olviden de todo ese gas que dicen que hay, con el que Álava y Euskadi, dicen también, podrían proveerse durante decenios. No lo hacen por nosotros, sino por el dinero que ya han contado”.