les juro por el Concierto Económico que he intentado buscar una explicación razonable al embrollo de las supuestas fincas de la infanta. La teoría de la navaja de Ockham asegura que en igualdad de condiciones la explicación más sencilla suele ser la correcta. Primero la Agencia Tributaria envía un informe que parece estar plagado de errores. Atentos porque el juez ya se ha quejado antes de que Hacienda obstaculiza su investigación. Como el informe sólo es relativo a una hija del rey de España y solicitado por el juez del caso Noós... pues eso, que nadie lo ha revisado. Luego, descubierta la, al parecer, cagada kingsize -según admitió ayer con palabras más alambicadas y menos eficaces Montoro-, Hacienda endilga el marrón a notarios y registradores -Rajoy tiene que estar contento-. Pero trece errores sobre otras tantas fincas son muchos errores. Así que no, resulta que la Agencia Tributaria se columpió con el DNI de la infanta. Lógico. 00.000.014Z, Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia. Seguro que hay miles de ciudadanos que comparten alguno de estos dos parámetros identificativos. O ha habido una legión de ineptos gestionando este informe, o alguien ha querido echar a Zarzuela un capote que ha podido acabar empurando a la infanta, o se ha intentado desacreditar toda la investigación lanzando un fake. Y vuelvo a la navaja de Ockham: no descartemos que se hayan sucedido errores que nadie se molestó en verificar al recopilar los datos para el informe. Colección de torpezas+oscurantismo=conspiranoia.
- Multimedia
- Servicios
- Participación