BUENOS días, ciudadanos. He tomado la inútil decisión de convertirme en Hiriman, defensor del orden circulatorio en Vitoria, paladín del aparcamiento decente, guardián del buen gobierno al volante. Llevo meses madurando la idea, y sólo he descartado la cuestión textil ligada a este heroico propósito: no me verán en mallas, ni me cubriré con una prenda de licra fosforescente: seré Hiriman con pantalón y jersey vulgares, y chancletas cuando llegue el verano. Mi radio de acción se reducirá al tránsito que realizo diariamente. Observaré, por lo tanto, el comportamiento de los conductores en Lakua y a lo largo de la avenida de Gasteiz de lunes a viernes; durante el fin de semana lo ampliaré, pero no les puedo concretar nada más: dependerá del tiempo que haga. Ya en varias ocasiones, antes de esta osadía que les anuncio, he puesto en conocimiento de los agentes de moto y silbato los continuos e innecesarios caprichos viales que observo en el barrio: coches peligrosamente aparcados en la rotonda que une las calles de Gabriel Celaya y Donostia, otros subidos a la acera en Portal de Foronda, algunos batiendo plusmarcas de velocidad para llegar al semáforo antes de que cambie a rojo... Pero, sobre todo, me he decidido a dar el paso ante el evidente descontrol en la avenida de Gasteiz, donde luce pimpante una línea roja que prohíbe detenerse a cualquier vehículo y que muchos no respetan, para desgracia del transporte público. Así que cuiden su conducción. Hiriman no descansará hasta que aprendamos a pensar en los demás.
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