Se dice que el colmo de un fotógrafo es carecer de objetivo en la vida. El concurso amateur de Periscopio tiene la virtud de dárselo a un creciente número de fotógrafos aficionados que, edición tras edición, presentan sus trabajos por amor al arte de la cámara oscura. Sólo por esto, el certamen merece un lugar preferente en la oferta cultural de la ciudad.

Sin embargo, Periscopio es mucho más. Las doce exposiciones que han compuesto la muestra de este año, muchas de ellas inéditas en el Estado, tiñen de cruda actualidad nuestros espacios expositivos con los autores y reportajes gráficos más comprometidos del panorama internacional. Y lo hace con una loable vocación pedagógica: ayudarnos a desarrollar nuestra mirada crítica sobre la realidad que nos rodea.

Bien mirado, Periscopio es más que fotoperiodismo. Mucho más.