Xabier agirre declaraba el pasado 21 de julio que defendía que "el respeto a lista más votada es lo más sano para la democracia", lamentando que PSE y PP habían sido los primeros en romper esta regla de ética política. Ponía como ejemplo que en 2003 la coalición PNV-EA había conseguido 12.000 votos más que el PP, segunda fuerza, pero que éste, con los votos del PSE, consiguió la nominación de Ramón Rabanera como diputado general de Álava en detrimento de la coalición.

Y esto es así. Pero la historia no empieza donde a uno le conviene. Mi estimado amigo Xabier debería recordar que en las elecciones locales y forales de 1987 ganó EA, cuyas listas encabezadas por Patxi Ormazabal para la Diputación de Álava y José Ángel Cuerda (arrastrando, como no podía ser menos, un buen porcentaje de votantes) para el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. Los resultados estuvieron muy equilibrados entre EA y PSE hasta bien entrada la noche. El dirigente socialista Juan Manuel Eguiagaray daba por hecho que el PSE iba por delante y declaró que era de rigor y ética que el candidato de la primera fuerza política fuera diputado general. Pero el resultado final fue de 12 escaños para EA, 11 para el PSE y 9 para el PNV. Nuestro cabeza de lista fue a la oposición por un pacto PSE-PNV, accediendo Fernando Buesa -goian bego- a diputado general. Donostia fue, cuatro años después, otro botón de muestra de la política de alianzas donde "lo más sano de la democracia" brilló por su ausencia. La lista más votada, EA, fue a la oposición con un acuerdo, PNV-PSE similar al de la Diputación de Álava.

Ciertamente, se han visto alianzas en pueblos donde no se han respetado la listas más votadas y creo sinceramente que ningún partido se puede salvar. Pero no pactos políticamente difícilmente digeribles (PSE-PP hoy en Euskadi) debidos a situaciones ajenas a la voluntad ciudadana y dictados desde ámbitos ajenos. Xabier Aguirre está pasando unos momentos muy difíciles por los problemas que tiene con militantes de su partido que están siendo cuestionados. Ahí no quiero entrar; es más, deseo que mi partido siga apoyándole hasta donde sea posible en la gobernabilidad de la Diputación de Álava. Dicho esto, no podía callar acerca de otras rupturas de éticas políticas, por haber sido testigo en 1987, cuando fue al traste todo lo que ahora se pide.

Txotxe López de Aberasturi

Ex juntero de EA en 1987-1991