Hay un niño con obesidad mórbida que lo quieren separar de sus padres. Las instituciones lo han decidido: tendrá que ir a un piso tutelado porque su salud es lo primero. O sea, alguien sentado en un despacho, que se mantiene en forma a base de tomar diez cafés diarios, decide separar al chaval de sus padres para controlar su nivel de colesterol. ¿Se les ha ocurrido pensar en su salud mental? El trauma que le pueden producir al pobre hijo es mucho peor que los kilos de más. ¿Que está gordo? ¡Y qué! En décadas pasadas la gente era obesa y feliz. No entiendo ese obsesivo culto al cuerpo metrosexual; tantos robots clónicos que salen en televisión, van de únicos y no se dan cuenta que tienen el mismo cuerpo, el mismo corte de pelo... y lo peor, el mismo número de solitarias neuronas.

Hago un llamamiento para los que no se durmieron: no hay que dejarse manipular. Si quieren crear una sociedad ultra-homogénea físicamente que no cuenten conmigo. El último que tuvo esa genial idea fue Hitler. Porque puestos a discriminar? podríamos mandar a pisos tutelados a las modelos esqueléticas, a los que se alimentan sólo con una manzana, a los que usan el móvil hasta debajo del agua? Si hay que purificar la raza ¿me dejarían pertenecer al distinguido grupo creador de los criterios de selección?