Lide Erbina (Ordizia, 24 años) descuelga el teléfono un jueves de mayo por la tarde con el corazón aún encogido un mes y medio después del fallecimiento de su tío, Axio Araña, alma máter del Ordizia y su entrenador más laureado, tras una enfermedad. “Ha sido un palo superduro para toda la familia porque, además, fue imprevisto. Es una pérdida muy grande”, lamenta Erbina. La suya es una familia que ama el rugby: su padre, su tío, su hermana, su hermano, su primo... Mire donde mire, todos se han empapado de torneos, entrenamientos, partidos, victoria, derrotas y de toda la mística que rodea a un deporte en el que las formas son importantes y los códigos éticos se cumplen a rajatabla. 

Aunque se haya visto obligada a cerrar su etapa en la selección y no esté jugando en ningún equipo para centrarse en sus estudios de Diseño de Moda, parece cuestión de tiempo que Lide vuelva a pisar una cancha. De momento, le está volviendo a picar el gusanillo tras un paréntesis en el que “no quería saber nada de rugby” y “no lograba conectar”. Pero ya han pasado unos meses y lo ve de otro modo: “Aunque sigo siendo una mera espectadora, me han entrado ganas después de ver que los chicos han quedado subcampeones del mundo”. 

Iruña: ciudad top


A pie. Lide habla maravillas de la ciudad en la que reside actualmente, donde va andando a todas partes. Otro punto a favor: Pamplona se encuentra a apenas una hora de Ordizia en coche.


Gym. Con el rugby aún en modo de espera, suele ir al gimnasio para mantener la forma y, sobre todo, completar su recuperación tras una concatenación de lesiones que le han afectado a la espalda. 

Los chicos a los que se refiere son los jugadores de la selección española del a siete que se han colado entre los grandes del rugby en Los Ángeles. Ella conoce bien las entretelas del combinado estatal. De manera interrumpida, ha estado ligada a la selección femenina de rugby VII y XV más de un lustro, acompañada durante su trayectoria en la élite de su hermana Amaia, tres años mayor. La última etapa de la exjugadora del Eibar en la selección fue especialmente dura: lastrada por las lesiones, no pudo ofrecer su mejor nivel y, además, al final no pudieron clasificarse para los Juegos Olímpicos de París. 

Ya ha completado dos de los cuatro cursos del grado en Diseño de Moda que estudia en Pamplona

Le ha tocado recomponerse y retomar su carrera universitaria. “Mi prioridad era volver a casa. No podía aplazar de nuevo los estudios. Se lo conté a mi familia y me apoyaron en todo momento. Me dijeron que el rugby no se iba a ir a ningún lado. Sé que siempre va a estar ahí”, afirma. Una vez disputados los últimos partidos con la selección, escribió en su cuenta de Instagram un sentido mensaje: “… Sin embargo, nada hubiera sido posible sin ellos. Eskerrik asko familia, dena zuei esker”. 

Mucho más que alta costura

Ya ha completado dos de los cuatro cursos del grado en Diseño de Moda que estudia en Pamplona, la ciudad en la que vive de lunes a viernes. El fin de semana suele regresar a su casa para estar con los suyos. ¿Rugby y moda? Puede que a priori formen una extraña pareja. Pero tiene una explicación: los estudios nunca estuvieron en su radar. “Cuando acabé Bachiller, el único objetivo que tenía era ir a Madrid con mi hermana para jugar juntas en la selección. Estudiar no se me daba mal, pero no me había planteado lo que iba a hacer hasta que llegase el momento”. Así es como lo que era un hobby pasó a convertirse en su elección universitaria, donde ha descubierto todo un mundo que, asegura Erbina, no solo tiene que ver con la alta costura. 

En el centro aprende nociones sobre diseño básico, dibujo y técnicas gráficas, patronaje, confección, historia del diseño de la moda, fotografía… Una vez terminada la carrera, le gustaría poder aplicar sus conocimientos en el ámbito de la ropa técnica y deportiva. ¿Algún equipo de rugby con estética cool por ahí? Lide Erbina menciona la ya mítica camiseta negra de los All Blacks de Nueva Zelanda, además de acordarse de los diseños “increíbles” de grandes marcas como Adidas o Nike.