A Pedro Masip, el benjamín de la familia de cinco hermanos le gustaba ver cocinar a su madre Vicenta. Ella, junto a su marido Eduardo, fundaron Casa Masip hace ya medio siglo. Sus comienzos fueron de camarera y cocinera en Bilbao y hace cincuenta y cinco años que llevan en este establecimiento que es visita obligada para un aperitivo, satisfacer el estómago después de una jornada montañera por la zona o una visita turística y en donde la regularidad de sus elaboraciones es su seña de identidad para que no falte de nada.
Casa Masip - Bar, restaurante y hotel
C. Academia Militar, 4 y 6, 26280 Ezcaray, La Rioja
Web: https://www.casamasip.com
Teléfono: 941 35 43 27
Calificación: 7,5
Interiorismo: 7
La especialidad inicial fueron pollos asados, cuajando huevos en forma de tortilla y acompañamientos como ensaladas en Zorraquín, que fueron todo un éxito.
Con el tiempo, pensaron en abrir Casa Masip en el centro del municipio de Rioja Alta y coincidió con el boom del turismo de la comarca en los años setenta.
Pérez, como se apellida Vicenta, fue agricultora y nació en Manzanares, muy cerca de Ezcaray y sigue teniendo dotes de mando en los pucheros y los respectivos servicios que ofrece a los visitantes y clientes que llegan al bar.
Con el tiempo llegaron el restaurante y el hotel, que lo gestionan en la actualidad los hijos Magdalena, Eduardo, Ángeles y Pedro, que sigue los pasos culinarios y se formó en la Escuela de Hostelería y Turismo Santo Domingo y la de Leioa.
En el bar, se respira mucho rollo, del bueno, muestra una barra de pintxos de postín y con una pinta extraordinaria, donde triunfan las alcachofas rellenas, berenjenas llenas de pimiento verde, bacon y queso o huevos escalfados con besamel.
No se puede despedir la visita, sin probar sus albóndigas, sabrosas y jugosas, hechas a base de mimo con carne ternera y panceta curada, las adictivas alegrías riojanas, callos, morcilla de Ezcaray con pimientos, patitas de cordero en salsa, tomate en temporada que viene de Tudela o de Remelluri, su bacalao, pimientos rellenos, la oreja, caparrones, sopas de ajo o la menestra, especialidad de Vicenta que recuerda a la de mi madre o el flan tembloroso de naranja.
Todo ello, se puede catar también en una terraza que da a la Plaza de la Verdura.
En el restaurante, situado en la misma calle y poseedor de un Sol Repsol, se alarga la experiencia con otros deleites más personales de Pedro, donde se pueden catar Terrina de Foie hecha en casa con Reducción de Mosto y pistachos, Canelón de queso de cameros con trufa melanosporun, rúcula y nueces, en temporada Espárragos Blancos Frescos Templados o platos de caza como Estofado de ragout de ciervo con setas y tagliatelles, o dulces como torrija de brioche caramelizada, tofe y sorbete de leche merengada. En verano, dispone de una acogedora terraza ajardinada.