Los barcos con ayuda humanitaria que tenían previsto salir este domingo desde Túnez, para unirse a la Global Sumud Flotilla o 'flotilla de la libertad', retrasaron su salida al próximo miércoles "por problemas técnicos y logísticos", anunció este sábado la organización.

La salida estaba programada este domingo desde el puerto de Sidi Bou Said, a 20 kilómetros de la capital tunecina, después de su aplazamiento el pasado jueves debido a los retrasos de navegación de las embarcaciones que zarparon desde España.

Aymen Bhiri, integrante del grupo de activistas, confirmó a EFE la participación del nieto del expresidente de Sudáfrica Nelson Mandela, Mandla Mandela, en las embarcaciones que saldrán desde Túnez al encuentro de las que zarparon desde costas españolas, con la activista medioambiental sueca Greta Thunberg y la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau a bordo.

El periodista tunecino Yassine Gaidi, miembro de la ejecutiva del Sindicato de prensa de Túnez (SNJT, por sus siglas en francés), anunció también su participación, "no como una aventura personal sino como un mensaje por la libertad de expresión" en nombre de su organización.

Este domingo, zarparán desde Sicilia 15 embarcaciones con cerca de 200 voluntarios a bordo, que se unirán a otras cinco que partieron el pasado 31 de agosto desde los puertos de Génova y La Spezia, en el norte del país.

La iniciativa internacional inició su travesía con 20 embarcaciones desde Barcelona, en el noreste de España, el pasado 31 de agosto al grito de "Palestina Libre", pero tuvo que regresar por razones climatológicas, lo que retrasó la salida.

Finalmente, y tras la retirada el lunes de cinco embarcaciones "por razones de seguridad", la Flotilla internacional con 15 barcos sigue navegando en el mar Mediterráneo donde tiene previsto unirse con decenas de activistas desde Túnez, Italia y Grecia.

A principios de semana, el ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, presentó una propuesta ante el Gobierno para endurecer la respuesta a la llegada de la flotilla, que implica catalogar de "terroristas" a los activistas que viajan a bordo.