Al menos 93 personas murieron durante los violentos enfrentamientos en Bangladesh entre estudiantes y simpatizantes del Gobierno que se registraron el domingo, la jornada más letal hasta la fecha desde el inicio de las protestas estudiantiles, y que llevó al Gobierno a reimponer un toque de queda.

Fuentes hospitalarias y oficiales confirmaron a EFE el fallecimiento de 93 personas durante los choques que se produjeron entre los estudiantes que exigen la dimisión del Gobierno y los seguidores de la Liga Awami de la primera ministra, Sheikh Hasina.

Esto eleva en casi 300 los fallecidos desde el inicio de las protestas a principios de julio.

La mayor cifra de fallecidos se registró en el distrito de Sirajganj, donde al menos 24 personas murieron durante los enfrentamientos, según un balance elaborado por EFE.

El Gobierno reimplantó anoche un toque de queda indefinido por todo el país para atajar la violencia, una medida que fue desafiada por los estudiantes, que anunciaron que este lunes realizarían una marcha hacia Daca.

"Ha llegado el momento de poner la firma final a este levantamiento civil estudiantil. Venid a Daca para ser parte de la historia", dijo anoche en un mensaje uno de los coordinadores de las protestas, Asif Mahmud.

El origen de las protestas

Las protestas estudiantiles comenzaron a principios de julio para exigir el fin de unas cuotas al empleo público que consideran discriminatorias en uno de los países más pobres del mundo.

Sin embargo, se tornaron violentas a mediados del mes pasado, desatando una ola de enfrentamientos por todo el país que se ha cobrado hasta el momento la vida de casi 300 personas, la mayoría estudiantes y civiles, entre denuncias del uso de fuerza desmedida cometido por las fuerzas de seguridad para contenerlas.

Pese a que los estudiantes recibieron el respaldo del Tribunal Supremo, que ordenó abolir la mayor parte de las cuotas, ahora piden justicia para las víctimas y la dimisión completa del Gobierno.

Ademas, rechazaron una propuesta de diálogo de la primera ministra.

Estas manifestaciones se han convertido en el mayor desafío al que se enfrenta Hasina desde que asumió su cuarto mandato consecutivo el pasado enero, en unas elecciones que fueron boicoteadas por la oposición.