Las peores protestas de los últimos años en Bangladesh habrían dejado ya, según medios nacionales, más de un centenar de muertos desde el lunes, el comienzo de una ola de disturbios que tiene su epicentro en una polémica restauración del antiguo sistemas de cuotas de funcionarios.

Activistas de Bangladesh han denunciado que uno de los principales coordinadores de las protestas contra el sistema de cuotas de funcionarios, Nahid Islam, ha sido detenido por las autoridades durante el toque de queda que ha comenzado este sábado en un esfuerzo para intentar contener la crisis.

Las manifestaciones que comenzaron a principios de mes han terminado por estallar a principios de esta semana. En su origen está un polémico sistema de cuotas que reserva un 30 por ciento de las plazas a los descendientes de los combatientes de la guerra de independencia, una idea rescatada del pasado por la primera ministra del país, Sheij Hasina, y su Liga Awami.

Las protestas están encabezadas sobre todo por grupos de estudiantes que denuncian este sistema como una forma de discriminación.

Entre estos grupos se encuentra el encabezado por el activista Nahid Islam, detenido según su formación en torno a la pasada medianoche cuando iba a reunirse con dos colaboradores en la capital, Daca, según informa la filial bangladeshí de la cadena BBC.

El país no solo se encuentra bajo toque de queda sino que reina un apagón de telecomunicaciones casi total por orden de las autoridades. Según el portal NetBlocks, especializado en el seguimiento del acceso a Internet en zonas de conflicto, "las métricas muestran que la conectividad se ha estancado en un 10% de los niveles normales, lo que genera una preocupación sobre la seguridad pública ya que fluyen pocas noticias dentro o fuera del país".

Páginas web institucionales han sido pirateadas por un grupo llamado THE R3SISTANC3 (La Resistencia) y han enseñado mensajes como "Dejen de matar estudiantes" y "Ya no es una protesta, ahora es una guerra".

No obstante, medios nacionales han conseguido estimar que al menos 103 personas habrían muerto desde el lunes y que este pasado viernes habría sido el día más violento de todos, con al menos medio centenar de fallecidos.

Fuentes del diario 'Prothom Alo' hablan de 56 muertos solo ayer, aunque las de otros medios como el 'Daily Star' elevan las víctimas mortales del viernes a 66.

En paralelo a la violencia, Gobierno y activistas siguen intentando desactivar la tensión. Los grupos contra el sistema de cuotas han confirmado una reunión en las últimas horas con los ministros de Justicia, Anisul Haque; Educación, Hasan Chowdhury e Información, Mohamad Ali Arafat, a quienes han presentado una propuesta de reforma de ocho puntos que consideran condiciones irrebatibles para suspender las movilizaciones.

Entre ellas, por ejemplo, se encuentra la depuración de responsabilidades entre las fuerzas de seguridad por su violenta represión de las protestas y el comienzo de un proceso judicial contra el ala juvenil de la Liga Awami, la Liga Chattra, por alentar a la violencia contra los manifestantes.

En medio de esta situación, la primera ministra del país se ha visto obligada a suspender la gira internacional que iba a comenzar este próximo domingo por el Estado español y Brasil, según ha confirmado su servicio de prensa, dada la crítica situación de seguridad.

Sheij Hasina, cabe recordar, es hija del padre fundador del país, Sheij Mujibur Rahman, y ha sido acusada por sus críticos de emplear el sistema de cuotas para recompensar a los simpatizantes de su partido.

El Gobierno ha intentado apaciguar la situación distinguiendo las legítimas exigencias de los manifestantes de quienes están alentando al violencia y los disturbios, en palabras del ministro de Justicia del país, Anisul Haque.

"Quienes están saliendo a las calles no tienen nada que ver con la violencia. Eso está claro", ha indicado el ministro antes de señalar en su lugar a "terroristas" asociados a partidos políticos de oposición, comenzando por el Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP) que lidera Jaleda Zia, la encarcelada némesis política de la primera ministra.   

La oposición del BNP denuncia crímenes contra la humanidad

De hecho, en las últimas horas el presidente en funciones del partido nacionalista, Tarique Rahman, ha acusado al Gobierno de orquestar "crímenes contra la Humanidad" durante su represión de las protestas.

Rahman, en un comunicado publicado en su cuenta de la red social X, acusa a las fuerzas de seguridad, "por orden de la fascista de Hasina" de "cometer asesinatos indiscriminados" y de llevar a cabo "desapariciones forzadas y torturas de estudiantes y jóvenes amantes de la libertad de nuestra querida nación".

"Hago un llamamiento a todos los líderes, activistas y partidarios de los partidos políticos pro democracia en Bangladesh a permanecer unidos en solidaridad con este movimiento liderado por estudiantes, e insto a los miembros de la comunidad internacional prodemocrática a que se unan al espíritu de la democracia liberal en Bangladesh y apoyen el movimiento democrático en curso", ha remachado.

El conflicto en Bangladesh tiene cierta dimensión internacional por los numerosos estudiantes de India que viven allí. En este sentido, el Ministerio de Exteriores de este país ha confirmado este sábado que está en contacto con al menos 4.000 estudiantes atrapados en el país vecino.

Hasta ahora, 778 estudiantes indios han regresado por tierra, mientras que alrededor de 200 abordaron vuelos. También se ha extendido la ayuda a estudiantes de Nepal y Bután, según el comunicado del Ministerio.

ONG como Amnistía Internacional han denunciado la gravedad de la situación y exigido a las autoridades "una investigación rápida, independiente e imparcial sobre las muertes".

Amnistía ha descrito la respuesta policial como una "represión de mano dura" y considera que el toque de queda y las restricciones de acceso a Internet son "suspensiones indiscriminadas que afectan la seguridad, la movilidad y los medios de vida de las personas, al tiempo que crean inestabilidad y pánico, lo que socava aún más su confianza en las autoridades".

Las protestas plantean uno de los desafíos más difíciles para Hasina, quien amplió su control del poder por cuarto mandato consecutivo en las elecciones de principios de este año, y llegan en momento crítico para la economía de un país que está buscando fondos de los acreedores y del Fondo Monetario Internacional para reforzar las menguantes reservas de divisas.