El nuevo Ejecutivo británico del laborista Keir Starmer ha cumplido su primera semana en el cargo con una avalancha de anuncios y una hiperactividad que ha sido en general bien recibida en un país necesitado de impulso.

Starmer lo dejó bien claro en su primer discurso el pasado viernes a las puertas de Downing Street como nuevo líder del país: no hay un minuto que perder.

Y tras nombrar a su Ejecutivo apenas unas horas después de que se confirmase la aplastante mayoría absoluta laborista, su equipo se puso manos a la obra para celebrar el primer consejo de ministros hace justo una semana.

De allí salieron los primeros compromisos del Gobierno, que serán detallados este miércoles cuando el rey Carlos III pronuncie el discurso de apertura del Parlamento, donde leerá los proyectos de ley que Starmer desea aprobar en esta legislatura.

Ladrillo y aerogeneradores

Los primeros grandes anuncios llegaron el lunes, cuando la nueva ministra de Economía, Rachel Reeves, desveló que para alcanzar el crecimiento que los laboristas han situado como eje de su estrategia gubernamental se apostará sobre todo por la construcción de viviendas y la energía eólica terrestre.

El Ejecutivo impondrá objetivos anuales de edificación de vivienda nueva hasta alcanzar los 1,5 millones en los próximos cinco años.

Debido al exangüe estado de las arcas públicas, Reeves cuenta con la iniciativa privada para alcanzar esas metas, que se beneficiarán de rápidas medidas de desregulación que eliminen las trabas a la planificación urbanística y la construcción.

En el mismo discurso, Reeves realizó otro anuncio esperado, pero que se encontrará con una fuerte oposición en la Inglaterra rural: se levanta el veto a la energía eólica terrestre para permitir doblar el número de turbinas de aquí a 2030.

Los conocidos como "NIMBY" (por el acrónimo en inglés de "No en mi patio trasero") de la campiña se oponen a la construcción de parques de aerogeneradores que alteren el clásico paisaje de la Inglaterra rural.

Pero Reeves parece decidida a llevar adelante sus planes para promover la eólica en tierra firme (el Reino Unido ya es una potencia mundial en la marina), y para ello este mismo viernes congregó a algunas de las mayores compañías del sector para presentarles sus planes.

Liberación de presos

Uno de los pasos más controvertidos hasta el momento lo dio este viernes la ministra de Justicia, Shabana Mahmood, al anunciar un plan de emergencia para liberar anticipadamente a miles de presos con penas menores y evitar el descalabro del sistema penitenciario por falta de plazas.

A partir de septiembre, se reducirá del 50% al 40% el plazo que un convicto debe pasar en la cárcel antes de poder salir automáticamente en libertad condicional.

La ministra subrayó que esta medida, criticada por la oposición conservadora, "no será permanente", pero es necesaria ahora para evitar que el sistema de Justicia se bloquee por falta de celdas para nuevos detenidos.

Compromiso atlantista

El primer viaje exterior de Starmer se produjo esta misma semana para asistir a la cumbre de la OTAN en Washington, donde, además de reunirse con el presidente Joe Biden, se comprometió a destinar un 2,5 % del PIB británico a defensa "si lo permiten las reglas fiscales".

Pese a todo, el primer ministro británico matizó que antes de tomar cualquier decisión su Ejecutivo tendrá que adoptar la llamada Revisión Estratégica, que marca las pautas de la política exterior y de defensa británica.

Starmer reafirmó en Washington el compromiso absoluto de su país con la OTAN y con el apoyo militar y financiero que su país ofrece a Ucrania en su guerra contra Rusia.

Impulso descentralizador

Casi lo primero que hizo Starmer tras asumir como primer ministro fue viajar a las capitales de las naciones históricas que componen el Reino Unido (Escocia, Gales e Irlanda del Norte, además de Inglaterra) para tratar de tender puentes y promover su agenda de descentralización.

En Edimburgo el jefe del Gobierno celebró el "mandato por el cambio" que su Partido Laborista ha recibido de los votantes en Escocia, con una clara victoria electoral sobre los nacionalistas, lo que ha abierto dudas sobre las aspiraciones independentistas del territorio.

Mientras, en Belfast el mandatario mantuvo una significativa reunión con las líderes del Sinn Féin, fuerza más votada en Irlanda del Norte, que las partes calificaron de "muy constructiva" y "amistosa".

"Hemos abordado con él todos los asuntos de importancia y también la oportunidades que ahora se presentan", señaló la máxima responsable del Sinn Féin en Irlanda, Mary Lou McDonald, a quien acompañó la ministra principal norirlandesa y líder del Sinn Féin en la región, Michelle O'Neill.