El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazó este domingo "de plano" las condiciones impuestas por el grupo islamista Hamás para liberar a los rehenes que quedan dentro de la Franja de Gaza, que incluyen el fin de las hostilidades y la retirada total de las tropas israelíes del enclave palestino.

"Rechazo de plano las condiciones de rendición de los monstruos de Hamás", afirmó Netanyahu en un vídeomensaje difundido por su oficina, en una aparente respuesta a las informaciones sobre una nueva propuesta de acuerdo mediada por Catar y Egipto.

Según Netanyahu, a cambio de la liberación de todos los rehenes, Hamás exige "el fin de la guerra, la retirada de nuestras fuerzas de Gaza, la liberación de todos los asesinos y violadores de Nuhkba (fuerza de élite del ala militar de Hamás) y dejar a Hamás intacto".

"Si aceptamos esto, nuestros guerreros cayeron en vano y no podremos garantizar la seguridad de nuestros ciudadanos", aseveró el primer ministro, cada vez más acorralado por la presión popular, en especial de las familias de los rehenes, para que negocie a cualquier precio la liberación de todos los cautivos.

Netanyahu aseguró que la "presión militar es la única solución" para devolver a los cientos de miles de evacuados de las comunidades colindantes a Gaza "sanos y salvos a sus hogares" y para que no se repita "otro 7 de octubre", en referencia al brutal ataque de Hamás ese día en suelo israelí, que dejó más de 1.200 muertos y 240 secuestrados.

"No estoy dispuesto a soportar un daño tan fatal a la seguridad de Israel, por lo que no lo aceptaremos. Las condiciones impuestas por Hamás ilustran una verdad simple: no hay sustituto para la victoria", afirmó.

Propuesta de alto el fuego

El diario estadounidense The Wall Street Journal publicó hoy en exclusiva que Catar y Egipto han presentado a Israel y Hamás una propuesta de alto el fuego en tres fases, que durarían unos 90 días, para poner fin definitivo al conflicto, citando fuentes de seguridad de varias partes implicadas.

El plan de 90 días propone un alto el fuego duradero durante el que Hamás liberaría a todos los rehenes civiles, mientras que Israel excarcelaría a cientos de presos palestino, se retiraría de las ciudades gazatíes, permitiría libertad de movimiento en el enclave, cesaría el uso de drones y duplicaría la cantidad de ayuda que permite entrar.

En una segunda etapa, Hamás liberaría a las mujeres soldados y los cadáveres de cautivos -unos 27 cuerpos frente a los alrededor de 110 rehenes que quedarían vivos dentro de la Franja- e Israel excarcelaría más prisioneros; mientras que en la tercera fase Israel retiraría sus tropas a la frontera de Gaza y el grupo islamista terminaría de liberar a todos los rehenes soldados y hombres en edad de luchar.

Sobre los secuestrados, Netanyahu aseveró que trabaja "24 horas" para devolverlos a casa y que ese es uno de los principales objetivos de la guerra, junto con la eliminación total de Hamás; aunque las familias han convocado esta noche nuevas protestas frente a la residencia del primer ministro.

Una vez completado ese plan inicial en 90 días, la propuesta de Catar y Egipto contempla un cese total de las hostilidades, la normalización entre Israel y Arabia Saudí, y un proceso de paz que conduzca a la creación de un Estado palestino.

"Mi insistencia es lo que impidió durante años el establecimiento de un Estado palestino que habría supuesto un peligro existencial para Israel. Mientras sea primer ministro, seguiré defendiéndolo firmemente", indicó sobre tal posibilidad.

El primer ministro también destacó que, tras la guerra, "Gaza debe ser desmilitarizada y bajo pleno control de seguridad de Israel", algo que ha repetido en numerosas ocasiones pero que no gusta a sus socios de la comunidad internacional, incluido EEUU, que apuesta por el ceder el control a la Autoridad Nacional Palestina.

"Después de que logremos la victoria completa y eliminemos a Hamás, no habrá ningún factor en Gaza que financie el terrorismo", afirmó Netanyahu, un mensaje que, según dijo, le reiteró al presidente estadounidense, Joe Biden, en una conversación telefónica este fin de semana.