- El ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, afirmó ayer que es necesaria una “operación internacional” en el mar Negro para permitir el paso de buques comerciales con el objetivo de reiniciar las exportaciones de grano desde el puerto de Odesa, en medio del recrudecimiento de la crisis económica y alimentaria a causa de la guerra.
Kuleba indicó que esta operación debe ser llevada a cabo “con la ayuda de países amigos que deseen enviar sus barcos para desminar las aguas y escoltar el paso de cargas comerciales”, algo que “solo puede hacerse con un compromiso formal de Rusia de no usar el corredor para atacar a Ucrania”.
“Nadie puede confiar en los rusos”, señaló, antes de descartar la validez de una “garantía unilateral” por parte de Moscú. “Necesitamos que terceros países garanticen la aplicación del acuerdo. Estamos de acuerdo con una intervención de Naciones Unidas. Nuestro principal interés es que el trigo llegue a los países que lo necesitan”, explicó.
Así, subrayó que las conversaciones en este sentido están “avanzadas” y confirmó “contactos” con la ONU y países que podrían actuar como “garantes”, al tiempo que ha indicado que la autorización a la salida de buques desde Odesa “es una carretera contra el tiempo”.
“Para evitar consecuencias desastrosas, los puertos deben ser desbloqueados en dos semanas, como mucho. Claramente, la mejor opción sería poner fin a la guerra, pero Putin no quiere eso”, lamentó, antes de reseñar que Kiev no pone “condiciones específicas” para reiniciar las conversaciones de paz.
“Solo queremos que los delegados rusos muestren su voluntad de tener una negociación real. Putin sólo sabe dar ultimátums. Miren lo que está pasando ahora. Están llevando a cabo una brutal invasión en el Donbás, en las regiones de Jersón y Zaporiyia e intentando anexionar territorios y lanzando misiles contra ciudades”, resaltó.
En este sentido, hizo hincapié en que “si alguien quiere negociar, no se comporta así”, al tiempo que ha reconocido que en estos momentos “no hay posibilidad” de que el presidente ucraniano, VolodÍmir Zelenski, se reúna con Putin, a pesar de los esfuerzos de mediación por parte del mandatario de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
Dimitro Kuleba manifestó que el apoyo de los países al bloque se mantiene igual de firme que al principio de la guerra, si bien lamentó que “algunas voces son menos firmes porque se han acostumbrado a esta guerra”. “No nosotros, los ucranianos. No podemos acostumbrarnos”, recalcó.
Por ello, apostó por “arrodillar a la economía rusa para impedir que Putin compre armas y pague al Ejército”. “Es un país que depende en gran medida de sus exportaciones, principalmente por mar, por lo que pedimos que se detenga el comercio extranjero y que la exportación de gas, acero y energía nuclear a Europa sea bloqueada a través de sanciones”, dijo.
El ministro de Exteriores ucraniano también reconoció que estas medidas tendrían “consecuencias” para varios países, si bien afirmó que “no serían devastadoras”. “Es el precio que hay que pagar por detener el conflicto. Para mitigar el impacto general, algunos bienes esenciales podrían ser excluidos durante una primera fase”, apuntó Kuleba.
l Líderes de la UE. Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea exigieron ayer a Rusia que levante el bloqueo de los puertos ucranianos en el mar Negro y permita las exportaciones de alimentos desde la antigua república soviética, en un contexto marcado por el temor a una crisis alimentaria global: “El Consejo pide a Rusia terminar sus ataques contra infraestructura de transporte en Ucrania, levantar el bloqueo de los puertos ucranianos del mar Negro y permitir las exportaciones de alimentos desde Odesa”.