- Los disidentes y oligarcas han dejado paso ahora a pacifistas, familias con hijos e informáticos. Cientos de miles de rusos, según diversas estimaciones, han emigrado desde el inicio de la campaña militar en Ucrania. Ya no hay un perfil definido del exiliado, aunque muchos son rusos que rechazan categóricamente la llamada “operación militar especial” lanzada por Putin, quien subrayó la necesidad de “purificar” la sociedad rusa de los miembros de una supuesta “quinta columna”. Los rusos emigran a Georgia, las repúblicas bálticas, Turquía, Israel o Finlandia.
“Ya no aguanto más. La presión informativa es insoportable. Tengo muchos amigos en Ucrania. El otro día llamé a uno de ellos y me respondió desde el refugio antiaéreo”, señaló a Efe un conocido periodista moscovita que decidió dejar el país. “No sé si volveré. No se lo digas a nadie. Aún no lo he hecho público”, agregó.
Según la prensa, los rusos y ucranianos que cruzan la frontera son cuestionados amablemente por los agentes de aduanas sobre los motivos para abandonar Rusia y su opinión sobre el Kremlin. Y es que los rusos que critican la campaña militar o a Putin desde el exterior son considerados unos “traidores”.
También hay matrimonios mixtos en los que uno tiene origen ucraniano, rusos con doble ciudadanía o residencia en el extranjero, padres con hijos en edad militar o periodistas que huyen de la censura militar. “No puedo seguir viviendo aquí, pero tampoco quiero dejarlo todo atrás, mi trabajo, mi casa, mis hijos. ¿Qué hacer?”, se pregunta una mujer nacida en Moscú, con raíces españolas.
Uno de los sectores en los que la sangría es más evidente es el sector de las tecnologías de la información. La restricción de las libertades fundamentales en la red -recientemente fueron prohibidos Facebook e Instagram-, las sanciones occidentales y la búsqueda de nuevas oportunidades son un acicate. “Desde el punto de vista humano, me dan pena, ya que se encuentran en una situación difícil. Entiendo los motivos por los que quieren encontrar su lugar bajo el sol. Sus negocios son internacionales y nos han cortado por todas partes”, admitió Dmitri Medvédev, subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia.
Decenas de miles de informáticos ya cruzaron la frontera en las primera semanas de guerra y todo indica a una segunda ola migratoria. En un intento de frenar el éxodo, el Gobierno ha reaccionado ofreciendo diferentes beneficios al sector, entre los que figura la exención del servicio militar obligatorio y la concesión de hipotecas en condiciones ventajosas.
“Mi vida ha dado un vuelco. Esto es una catástrofe humanitaria. Ahora no puedo volver a Rusia ¿Cómo mirar a los ojos de la gente? De hermanos eslavos hemos pasado a enemigos”, comentó a Efe una actriz rusa. La invasión le cogió en Kiev, invitada a la televisión ucraniana. “Es muy extraño estar en un país ocupado por Rusia. Vi cómo odiaban a los soldados rusos. Vi a gente normal preparando cócteles molotov. Siento vergüenza, ya que muchos rusos ven la operación justa”, zanjó.
Famosos
La pauta la marcaron personalidades de la cultura y el espectáculo. Un caso llamativo es el de Chulpán Jamátova, la actriz de teatro más respetada de Rusia. “Tengo miedo a volver (...), me han dado a entender que regresar es peligroso. Ahora estoy en Riga. Lo que sé es que no soy un traidora”, dijo. También dejó el país el ex viceprimer ministro y asesor del Kremlin, Anatoli Chubais. La noticia dejó en mal lugar al Kremlin, pues Putin firmó su destitución cuando ya había abandonado Rusia.