El Parlamento de Irak ha anunciado que la votación para elegir al nuevo presidente del país tendrá lugar el 7 de febrero, tras el inicio de las sesiones el 9 de enero a raíz de la ratificación de los resultados de las parlamentarias de octubre de 2021.
El organismo ha indicado en un comunicado publicado en su página web que los nombres de los candidatos deberán ser publicados el 31 de enero, mientras que la votación tendrá lugar una semana después.
La Presidencia iraquí ha estado ocupada por políticos kurdos desde hace dos décadas, en el marco de un acuerdo de reparto de poder que incluye que el primer ministro debe ser miembro de la comunidad chií y el presidente del Parlamento, suní.
Durante los últimos días, el Partido Democrático del Kurdistán (KDP) y la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK), rivales políticos en la región semiautónoma del Kurdistán iraquí, han estado sopesando nombres para que concurran a la elección.
Así, la PUK ha decidido respaldar al actual mandatario, Barham Salí, mientras que la KDP se ha inclinado por el exministro de Exteriores y Finanzas Hoshiar Zebari. Ambos partidos están intentando lograr apoyos entre el resto de partidos de cara a la votación.
Posteriormente, el nuevo presidente entregará el encargo al candidato del mayor bloque para formar Gobierno, algo en lo que ya trabaja el clérigo chií Muqtada al Sadr, quien encabeza la coalición Sayirún, que se impuso en las parlamentarias.
Los resultados fueron denunciados por una coalición de partidos chiíes alineados con Irán que sufrieron un duro varapalo en las urnas, si bien fueron finalmente ratificados por el Tribunal Supremo a finales de diciembre.
Tras ello, el Parlamento celebró su sesión inaugural y ratificó como presidente del organismo a Mohamad al Halbusi, si bien la misma derivó en incidentes después de que la coalición chií apelara contra el nombramiento argumentando que cuenta con la mayoría, lo que derivó en la suspensión provisional de Al Halbusi en el cargo.
En este contexto, al menos dos personas resultaron heridas el martes en un ataque con proyectiles contra la vivienda de Al Halbusi, horas después de que el Supremo rechazara la demanda contra la primera sesión del organismo legislativo.
Las parlamentarias, de carácter anticipado, fueron convocadas tras la grave crisis política en la que se vio sumido el país tras las masivas movilizaciones registradas en 2019, que forzaron la dimisión del Gobierno y la aprobación de una nueva legislación electoral.
Las protestas, que estallaron en octubre de 2019 y se saldaron con más de 550 muertos --según el balance oficial facilitado en julio de 2020--, supusieron una nueva muestra del desencanto de la población con la clase política ante los numerosos casos de corrupción, el mal estado de los servicios públicos y la crisis económica imperante en Irak.