Portugal cambiará la ley para poner fin a la discriminación de los donantes de sangre en función de su orientación sexual, después de sucesivas denuncias de que todavía existen situaciones en las que se excluye a los hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres.

El Parlamento luso debatió hoy cuatro proyectos de ley para acabar con este tipo de discriminación y, aunque la votación no se realizará hasta este viernes, la cámara mostró un consenso generalizado, a izquierda y derecha, para su aprobación.

Los proyectos parten del gobernante Partido Socialista, el Bloco de Esquerda, el animalista PAN y la diputada independiente Cristina Rodrigues, y todos coinciden en que es necesario asegurar en la legislación que no se discrimina por orientación sexual a la hora de donar sangre.

En Portugal, los hombres que mantenían relaciones con otros hombres tenían prohibido donar sangre hasta 2016, cuando la Dirección General de Salud (DGS) publicó una norma que recogía que no se rechazarían donaciones en función de la orientación sexual.

Sin embargo, desde entonces se han sucedido las denuncias de hombres a los que todavía se les negaba la posibilidad de donar por su orientación.

La DGS volvió a actualizar sus orientaciones en marzo de este año ante nuevas denuncias, para reforzar que debía seguirse el principio de "no discriminación", pero el Parlamento quiere ahora que quede reflejado en la legislación lusa.

ACABAR CON LAS AMBIGÜEDADES

"No existe evidencia científica que apoye suspender las donaciones de sangre entre hombres que tienen sexo con otros hombres", defendió el diputado socialista Miguel Matos en el hemiciclo, que consideró que "la igualdad no puede estar sujeta a nuevas ambigüedades y necesita estar sujeta a la fuerza de la ley".

Los socialistas denuncian en su proyecto que los técnicos del Instituto Portugués de Sangre siguen considerando, en muchos casos, que los hombres que tienen relaciones con otros hombres han tenido contacto con poblaciones de riesgo, aunque tengan una pareja estable.

Lo mismo denuncia el Bloco de Esquerda, que considera que las medidas puestas en marcha hasta ahora han sido "insuficientes" para acabar con la discriminación.

"El prejuicio homófobo, con o sin bata blanca, no puede seguir sobreponiéndose al conocimiento científico y a la Constitución Portuguesa, que garantiza la igualdad y la no discriminación", aseguró la disputada Fabíola Cardoso.

Desde el PAN, la parlamentaria Bebiana Cunha insistió en seguir la ciencia y no "criterios de naturaleza subjetiva o discriminatoria", mientras que la independiente Cristina Rodrigues señaló que "no basta aprobar estrategias ni hacer compromisos".

La mayoría de los partidos del hemiciclo mostraron su apoyo a acabar con la discriminación, también desde los sectores más conservadores, como el democristiano CDS-PP, o el Social-Demócrata (PSD, líder de la oposición).

Asociaciones LGTBI como Intervención Lésbica, Gay, Bisexual, Trans e Intersexo (ILGA) llegaron a contabilizar hasta tres quejas semanales de personas a las que les habían prohibido donar sangre por su orientación sexual, la mayoría expresadas en redes sociales.