- La oposición bielorrusa apoyó ayer al encarcelado periodista Román Protasevich tras las “confesiones” realizadas en una entrevista en la televisión pública de su país y que solo pueden haberse realizado bajo los efectos de la tortura, según aseguraron su familia y los políticos exiliados. “No debemos creer las palabras de estas personas, incluido Román Protasevich. Porque hay que entender que se vio obligado a decir esto”, alertó la líder de la oposición bielorrusa en el exilio, Svetlana Tijanóvskaya, durante una conferencia de prensa en Varsovia. Tijanóvskaya sostuvo que en los últimos meses ha habido muchas entrevistas de este tipo, donde la gente admite su culpa por su participación en las protestas. Sin embargo, pidió comprensión porque estas “confesiones” se están grabando bajo presión.

Los padres de Protasevich también creen que la entrevista solo fue posible después de la tortura en la prisión preventiva en la que se encuentra desde el 23 de mayo.

En las imágenes del vídeo, se aprecian marcas de las esposas en las muñecas de Román. “Sus creencias, estoy seguro, son fundamentalmente diferentes de las que él expresó. Estaba intimidado. Quizás incluso le suministraron algún tipo de psicotrópico. Nuestro Gobierno no se detendrá ante nada”, dijo Dmitri Protasevich, el padre del periodista, al canal de televisión Currenttime. “Reconozco abiertamente que yo fui uno de los que publicó llamamientos a salir a la calle el día 9 de agosto de 2020” tras las fraudulentas elecciones presidenciales en Bielorrusia, en las que el líder, Alexandr Lukashenko, se atribuyó un sexto mandato, dijo Protasevich en el canal ONT.

Pese a estar detenido en un centro del KGB bielorruso desde que Lukashenko ordenara desviar a Minsk el avión en el que viajaba de Atenas a Vilna, y estar acusado de varios cargos penales, Protasevich dijo haber comparecido voluntariamente en el estudio de televisión. “En cuanto me presentaron los documentos, me presentaron la acusación, enseguida admití mi culpa según el artículo 342 del código penal, organización de acciones masivas no autorizadas”, agregó. Admitió, además, que sus publicaciones en las redes sociales y en el canal de Telegram Nexta, del que es director, provocaron “disturbios descontrolados”.

Nexta, con más de 1,2 millones de seguidores, fue clave en las protestas opositoras contra Lukashenko tras las fraudulentas elecciones presidenciales de agosto de 2020 y para denunciar la represión policial de las marchas pacíficas.

Este canal fue reconocido como “extremista” en octubre del año pasado y sus dos fundadores fueron acusados de organización de disturbios e instigar al odio social. Además, el KGB bielorruso puso a Protasevich y al cofundador de Nexta, Stepán Putilo, en una lista de personas implicadas en “terrorismo”.

Durante la entrevista, Protasevich también criticó el trabajo de la oposición en Lituania y Polonia, que tiene conflictos internos, según aseguró, y dijo que respetaba a Lukashenko. “Muchas cosas por las que criticamos a Lukashenko en realidad son simples intentos de presión. En muchas situaciones él actuó como un hombre con huevos de acero”, añadió el reportero, que pronosticó que después de la entrevista muchos lo tildarán de “traidor” y dejarán de pedir su liberación.

En los últimos diez días Protasevich ha hecho varias declaraciones inculpatorias, vídeos que sus padres y correligionarios consideran fabricados y escenificados por el KGB para incriminarle a él y a la oposición.

En este contexto, la Unión Europea ha cerrado su espacio aéreo a los vuelos de aerolíneas bielorrusas y les prohíbe el aterrizaje y despegue desde aeropuertos europeos, en el marco de las sanciones acordadas por los líderes de los Veintisiete en la cumbre de mayo para responder al incidente del vuelo de Ryanair en Bielorrusia para detener a Protasevich.

A través de un procedimiento por escrito, el Consejo de la UE ha decidido implantar la medida en todo el bloque. Hasta el momento varios países vecinos ya habían coordinado el cierre del espacio aéreo que ahora será generalizado. “Se pide a los Estados miembros de la UE que denieguen cualquier permiso a pasajes operados por aerolíneas bielorrusas para aterrizar, despejar o sobrevolar su territorio”, indicaba el Consejo en un comunicado.