Al menos 127 personas han muerto en los últimos cuatro días en enfrentamientos entre grupos de civiles y las fuerzas de seguridad en el oeste de Sudán del Sur, donde las autoridades llevan a cabo una campaña para desarmar a la población, informó hoy a Efe una fuente militar.
El portavoz del Ejército sursudanés, Lul Ruai Koang, indicó que los choques estallaron el sábado en la localidad de Tonj, en el estado de Warrap, cuando una disputa se saldó con la muerte de dos jóvenes, lo que provocó un estallido de violencia en la zona.
Hasta el momento han muerto 72 civiles y 55 militares, de acuerdo con su balance.
La violencia causó el sábado alrededor de una veintena de fallecidos y continuó el domingo para luego remitir después de que las fuerzas de seguridad enviasen refuerzos a la zona en el marco de sus operaciones de decomiso de armas, detalló la fuente.
Sin embargo, los choques se volvieron a reanudar posteriormente y todavía continúan.
Buena parte de la población civil de Tonj posee armas para proteger al ganado de los robos a mano armada por parte de otros vecinos y para salvaguardar a sus familias, ya que argumentan que las autoridades no les proporcionan seguridad personal.
Las fuerzas de seguridad lanzaron una campaña para decomisar las armas después de que produjese recientemente un repunte de los saqueos armados y los ataques en la zona.
A finales del pasado mayo, casi 250 personas fallecieron y 300 resultaron heridas en enfrentamientos entre dos tribus en el estado de Jonglei, en el noreste de Sudán del Sur, de acuerdo con el portavoz de la principal fuerza de la oposición armada sursudanesa y ministro de Aguas, Manawa Peter Garkouth.
La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, afirmó entonces que hubo una serie de masacres en 28 aldeas de Jonglei, lo que causó cientos de muertos y heridos y miles de desplazados.