París - La libertad de prensa retrocede en el mundo, donde cada vez son más el número de países en los que ejercer el periodismo supone un riesgo y donde las declaraciones de los líderes contra los medios desembocan en un incremento de la violencia hacia los reporteros. Así se desprende de la clasificación mundial de la libertad de prensa publicada ayer por Reporteros Sin Fronteras (RSF), que concluye que solo en el 24% de los 180 países analizados la situación puede considerarse satisfactoria. Supone dos puntos menos que en el año anterior, mientras aumentan los regímenes autoritarios que refuerzan su control de los medios.
El secretario general de RSF, Christophe Deloire, denunció un “debate político que se dirige hacia un ambiente de guerra en el que los periodistas son víctimas expiatorias”, lo que amenaza los modelos democráticos. Por tercer año consecutivo, Noruega aparece como el país más favorable al desarrollo de la libertad de prensa, mientras que Finlandia arrebata el segundo puesto a una Holanda penalizada por la amenaza a dos reporteros que investigaban sobre el crimen organizado, obligados a vivir bajo protección policial. RSF destacó también las progresiones de Etiopía, que avanza 40 plazas para situarse en el puesto 110, y Gambia, que mejora 30 para colocarse en el 92.
En el otro extremo, Turkmenistán, cuyo régimen no ha dejado de endurecer el control de la prensa y proseguir la persecución de los últimos corresponsales clandestinos de medios en el exilio, arrebata la última posición a Corea del Norte, por debajo de Eritrea, China, Vietnam y Sudán.
El informe presta especial atención a Estados Unidos, donde se ha creado “un clima cada día más hostil” para la prensa, que va “más allá de las declaraciones del presidente, Donald Trump”. “Nunca los periodistas estadounidenses habían sido objeto de tantas amenazas de muerte”, agrega, lo que ha llevado a aumentar la contratación de empresas privadas de protección para garantizar su seguridad. - Efe