Washington - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cedió ayer en su amenaza de cerrar la frontera con México esta misma semana, al afirmar que ahora dará al país vecino un año para detener el flujo de drogas, o de lo contrario impondrá aranceles a sus automóviles antes de decidir si clausura la zona limítrofe. Seis días después de amenazar con cerrar la frontera común esta misma semana si México no detenía “de inmediato toda la inmigración ilegal” que atraviesa el país rumbo a Estados Unidos, Trump cambió el plazo y los parámetros de su advertencia. “Vamos a darles un plazo de un año, y si las drogas no paran, o no paran en su mayoría, vamos a imponer aranceles a México y sus productos, en particular los automóviles. Y si eso no detiene las drogas, vamos a cerrar la frontera”, dijo el presidente a los periodistas durante un acto en la Casa Blanca.
Trump aseguró que no le preocupa que su amenaza de imponer aranceles interfiera en la ratificación del renovado acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá, conocido como T-MEC. “Esto es más importante para mí que el T-MEC”, recalcó. El presidente mencionó el tema de la inmigración ilegal, pero no pareció vincularlo a su amenaza respecto a los aranceles y se centró en cambio en el narcotráfico, lo que supone otra diferencia respecto al ultimátum de una semana que emitió el pasado viernes. México es el tercer socio comercial de Estados Unidos, con un intercambio valorado en más de 615.000 millones de dólares en 2017, y muchos negocios de ambos países dependen del intercambio fronterizo para fabricar sus productos, entre ellos los automóviles. La Cámara de Comercio estadounidense advirtió esta semana del “grave daño económico” que causaría interrumpir el comercio fronterizo, y varios legisladores del partido de Trump se mostraron en contra de la idea. - L. Leal