TORONTO- La directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, consiguió hoy que un juez canadiense le concediera la libertad bajo fianza justo cuando la crisis diplomática entre Ottawa y Pekín pareció empeorar con la detención de un ex diplomático canadiense en China.
El juez William Ehrcke tomó esa decisión después de tres días de vistas en las que la Fiscalía canadiense se opuso a la petición de los abogados defensores de conceder la libertad bajo fianza por temor a que Meng, hija del fundador de Huawei y con acceso a una fortuna de 3.200 millones de dólares, se fugue.
Al final, Ehrcke decidió que Meng sea puesta en libertad tras el pago de una fianza de 10 millones de dólares canadienses (unos 7,5 millones de dólares estadounidenses) hasta que se decida si es extraditada a Estados Unidos.
Meng, de 46 años, fue arrestada por las autoridades canadienses a petición de Estados Unidos el pasado 1 de diciembre en Vancouver, donde hizo escala de camino hacia México.
Las autoridades estadounidenses acusan a Meng de fraude con el objetivo de violar las sanciones comerciales impuestas por EE.UU. a Irán, algo que la directiva china niega.
La puesta en libertad bajo fianza de Meng se produce pocas horas después de que las autoridades chinas detuviesen al ex diplomático canadiense Michael Kovrig, que ahora trabaja para el centro de pensamiento International Crisis Group en China.
Ottawa confirmó hoy la detención de Kovrig y afirmó desconocer las razones de su arresto aunque inicialmente el ministro de Seguridad Pública de Canadá, Ralph Goodale, valoró que no estaba conectado con la situación de Meng.
Kovrig, que estuvo destinado en Pekín y la ONU, fue la persona encargada de organizar la visita del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, a China en diciembre de 2017, según la radiotelevisión púbica CBC.
El arresto de Kovrig se produjo también después de que las autoridades chinas amenazasen durante el fin de semana a Ottawa con graves consecuencias si Meng no era puesta en libertad de forma inmediata.
El Gobierno de Justin Trudeau intentó la pasada semana distanciarse del arresto de Meng y recordó que la Justicia funciona de forma independiente y que no se ha producido ninguna interferencia política.
Hoy, el juez Ehrcke reconoció que el caso ha sido excepcional.
La puesta en libertad es solo la primera batalla jurídica a la que se enfrenta Meng en Canadá.
La ciudadana china, que posee dos mansiones en Vancouver, ciudad en la que vivió durante varios años hasta 2009 y en la que su esposo también ha residido, encara ahora un prolongado litigio que se puede prolongar durante años para determinar si es extraditada a EE.UU.
Antes, las autoridades estadounidenses tienen 60 días para presentar en Canadá su petición formal de extradición. En caso de no hacerlo, Meng quedaría en libertad de forma automática.
Entre las condiciones impuestas por el juez canadiense a Meng para conseguir su libertad bajo fianza está portar un brazalete con GPS para conocer en todo momento su paradero y además estar vigilada las 24 horas del día, los siete días de la semana, por un servicio de seguridad que la seguirá cada vez que abandone su domicilio.
Meng también tiene prohibido abandonar la provincia de Columbia Británica y tiene que estar en su domicilio desde las 23.00 hasta las 06.00 horas.
El juez también dijo que Meng tiene que comparecer de nuevo ante el tribunal el 6 de febrero para proseguir con el caso de extradición.