Pekín - El presidente de Francia, Emmanuel Macron, defendió ayer ante su homólogo de China, Xi Jinping, la idea de definir los sectores económicos de la Unión Europea (UE) que se consideran estratégicos para su soberanía y queden cerrados a la inversión exterior, como la china. Macron se reunió ayer con Xi en su primera visita oficial a Pekín desde que llegó al cargo, en la que se esforzó por dar un aire nuevo a la relación bilateral, pero también por impulsar un mejor acercamiento entre Europa y el gigante asiático.

En la comparecencia posterior ante la prensa, sin preguntas, el jefe del Estado francés recalcó la importancia de que la Unión Europea tenga un enfoque común en su política hacia China, el país que en pocos años se convertirá en la primera potencia económica del mundo. Macron reconoció que “Europa con frecuencia ha llegado de forma dispersa a China”, por lo que pidió una mejor concertación entre las instituciones y los Estados miembros de la UE “para dar más visibilidad a China en nuestra agenda”.

Especialmente, el dirigente francés defendió ante Xi su idea de que la Unión Europea defina una serie de sectores económicos que deben estar vetados a las inversiones chinas, además de detallar aquellos que sí estén abiertos. Pero Macron aseguró a Xi que esto no va dirigido contra China, sino que tiene la intención de proteger la “soberanía” de los países europeos, al igual que el país asiático prohibe o limita la inversión exterior en varios sectores de su economía. “Ustedes entienden la importancia de la soberanía sobre los sectores estratégicos”, recalcó a su anfitrión chino, al que resaltó la importancia de “una relación recíproca” en el campo económico, tanto en el lado de los intercambios comerciales como en la simetría de acceso a los mercados respectivos.

En el último años se han producido algunos desencuentros entre países europeos (especialmente Alemania) junto a las autoridades de la UE con China debido al bloqueo de proyectos de compra de empresas europeas por corporaciones chinas, ya que se trataba de sectores estratégicos (como los semiconductores) en los que el mercado chino también está vetado al acceso exterior.

Esto también ha ocurrido en otros países, como en Estados Unidos o Australia, y el ejemplo más reciente fue el bloqueo de la pasada semana a la compra de MoneyGram por Ant Financial (parte del grupo Alibaba), debido al rechazo de las autoridades de Washington por consideraciones de seguridad nacional. Macron, que desde que llegó al cargo en mayo pasado se ha esforzado por defender un reforzamiento de los vínculos políticos, económicos y culturales con China (que ha apoyado firmemente el acuerdo de París contra el cambio climático tras el anuncio de la retirada de Estados Unidos), pero también la exigencia de una relación económica más equilibrada y “bidireccional”.

Xi, por su parte, recalcó la larga tradición de las relaciones entre París y Pekín, que datan de 1964, y que abrió la puerta al reconocimiento de la República Popular China en Occidente. El presidente chino reconoció la “atención importante” que Macron ha otorgado a los lazos con China, y destacó los frutos en la cooperación en conflictos internacionales o cambio climático, así como el objetivo de incrementar la cooperación deportiva. Discutieron también asuntos globales, como la situación en la península coreana, la lucha contra el terrorismo o la cooperación en favor del desarrollo y la estabilidad en África.

Dentro de su objetivo de una relación de “claridad”, el jefe del Estado francés no dejó de reconocer a Xi que “hay diferencias entre nosotros”, entre las que citó la “preocupación” por la situación de los derechos humanos y las libertades fundamentales en China, pero recalcó que “una diplomacia eficaz y amistosa” puede obtener más resultados que una “de provocación”. Ambos mandatarios presidieron un foro en el que participaron 15 compañías de cada país, así como la firma de más de una veintena de acuerdos.