Harare - El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, se resiste a presentar la dimisión como parte de las negociaciones con los militares, que se han levantado contra el Gobierno y lo mantienen confinado en su casa, informaron ayer medios locales. Según una fuente política consultada por el diario Times de Johannesburgo, Mugabe insiste en permanecer como el único líder legítimo del país y rechaza incluso la mediación de la Iglesia. “Insisten en que el presidente tiene que poner fin a su mandato”, indicaron las fuentes citadas por el diario. “Es una suerte de punto muerto, un callejón sin salida”, agregaron. Desde la oposición también se pide la dimisión del presidente.

Zimbabue permanecía ayer en una calma tensa en medio de los rumores de que se estaba desarrollando una negociación para poner fin a 37 años de Mugabe en el poder. Durante la jornada del miércoles, según confirmaron medios locales, los militares no sólo confinaron al jefe de Estado sino que arrestaron a tres ministros afines a las aspiraciones políticas de la primera dama, Grace Mugabe, quien sonaba como candidata a vicepresidenta después de que su marido destituyese la semana pasada a Emmerson Mnangagwa. Precisamente, la expulsión del vicepresidente -un incondicional del partido y veterano de guerra que estaba en todos los pronósticos como sucesor de Mugabe (de 93 años y en el poder desde 1980)- se ve como el detonante de la crisis.

Postura de la Unión Africana Por su parte, el jefe de Estado de Guinea, Alpha Condé, como presidente en ejercicio de la Unión Africana (UA), aseguró ayer que no aceptarán “nunca” lo que calificó de “golpe de Estado militar” en Zimbabue y reclamó la vuelta al orden constitucional en el país. En una entrevista a medios franceses, Condé exigió “el respeto a la Constitución”, antes de subrayar que no se aceptará “nunca el golpe de Estado militar”, en referencia a la crisis que se vive en Zimbabue, cuyo presidente, Robert Mugabe, está retenido por las Fuerzas Armadas.

El máximo responsable de la UA, que se encontraba de paso en la capital francesa, insistió en que “es un golpe de Estado” e indicó que Mugabe, con quien no ha estado en contacto directo, “se encuentra en arresto domiciliario”. Pidió ayuda al presidente sudafricano, Jacob Zuma, para poder entrar en contacto con el veterano jefe de Estado zimbabuense y conocer su punto de vista sobre la situación. A su juicio, resulta “evidente” que hay una “tentativa para eliminar a grandes dirigentes de la lucha por la independencia, que han sido los grandes apoyos” de Mugabe.

Condé afirmó que los problemas se tienen que resolver “políticamente” en el seno del partido del presidente, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), “y no con una intervención del Ejército”. Preguntado sobre qué debería hacerse con Mugabe, respondió que “eso dependerá del pueblo de Zimbabue”. Asimismo, expresó su confianza en que la UA y la Comunidad de Desarrollo del África Austral encuentren “una solución para que se celebren el año próximo elecciones libres y transparentes”.

Por otro lado, el líder opositor zimbabuense Morgan Tsvangirai, reclamó ayer a Mugabe que “dimita inmediatamente” para poner fin a la crisis y abogó por una transición que implique a todos los partidos. Tsvangirai, cabeza del principal partido de la oposición de Zimbabue, el Movimiento por el Cambio Democrático (MDC-T) pidió la salida de Mugabe del poder por el bien del pueblo de Zimbabue. - Efe