Ramala/Londres - Palestinos e israelíes recordaron ayer, de manera muy diferente, el centenario de un documento que marcó el rumbo de la región, la conocida como Declaración de Balfour, en la que el entonces secretario de Exteriores británico prometió a los judíos una patria en Oriente Medio.
Con banderas negras, en representación de lo que consideran que es este aniversario, miles de palestinos protestaron ayer en las calles en distintas las ciudades de Cisjordania y de la Franja de Gaza con un mensaje común, la exigencia de que “el Reino Unido pida perdón”, algo que Londres ya ha rechazado hacer. El presidente palestino, Mahmud Abás, dijo ayer que la declaración es “nula”, por ignorar los derechos políticos y nacionales de la población palestina, y reprobó a la primera ministra británica, Theresa May, por marcar el centenario ayer en Londres con un encuentro y cena con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. En un artículo publicado en el diario británico The Guardian, Abás denunció que “la creación de una patria para un pueblo resultó en la desposesión y persecución continua de otro, ahora un profundo desequilibrio entre ocupado y ocupante”.
En el otro lado, el presidente israelí, Reuvén Rivlin, mostró su satisfacción al recordar un hecho que “hizo historia”, cuando conmemoró hace unos días la efemérides en un acto en la residencia del embajador británico en Tel Aviv, David Quarrey. “Lord Balfour hizo historia, cambió la historia. Es una historia que pone sobre nosotros la responsabilidad de trabajar juntos, de continuar reforzando la amistad entre el Reino Unido e Israel. Y también de continuar construyendo el Estado de Israel, como un orgulloso Estado judío y democrático, ese es el legado de la Declaración”, dijo el jefe del Estado que Balfour ayudó a crear.
El primer ministro palestino, Rami Hamdala, instó ayer a Londres a “afrontar su responsabilidad por este error histórico”, a “corregirlo” reconociendo el Estado palestino y a compensar a su pueblo “por el sufrimiento a consecuencia de esta catástrofe humanitaria”, según informó la agencia estatal palestina Wafa.
La principal marcha de protesta tuvo lugar en Ramala, donde unas 3.000 personas caminaron desde el centro de la ciudad hasta el consulado británico, pero también hubo manifestaciones en Jerusalén Este, Yenín, Salfit, Tubas, Hebrón, Nablus y Gaza capital, en las que participaron cientos de personas con carteles en los que se leía “Los palestinos también son humanos” o con una enorme cruz roja tachando una imagen de Arthur James Balfour.
May recibe a netanyahu Y es que May y su Gobierno han rechazado presentar la disculpa que exige la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y han asegurado que su país está orgulloso de haber contribuido al nacimiento de Israel. “Estamos orgullosos de nuestro papel en la creación del Estado de Israel. La tarea ahora es animar movimientos hacia la paz”, declaró en abril el Ministerio de Asuntos Exteriores británico. Theresa May respaldó ayer ante su colega israelí, Benjamin Netanyahu, la solución de dos Estados para la paz entre Israel y Palestina.
En el primero de los cuatro días de su visita al Reino Unido, Netanyahu se reunió con May en su despacho oficial del 10 de Downing Street, una entrevista en la que ambos abordaron la cooperación bilateral en defensa, seguridad y lucha antiterrorista, entre otros asuntos. Netanyahu defendió la necesidad de avanzar hacia la resolución del conflicto, un objetivo que estará “infinitamente más cerca”, afirmó, cuando los palestinos “acepten finalmente un hogar nacional judío”, señaló en un comunicado un portavoz del primer ministro israelí.
May invitó a Netanyahu a Londres para subrayar el papel clave en la creación del Estado de Israel del Reino Unido, que asumió en 1920 el Mandato de administrar Palestina tras la I Guerra Mundial. El 2 de noviembre de 1917, todavía en plena contienda, el entonces ministro Arthur Balfour firmó una declaración en la que expresaba la “simpatía” de su Gobierno hacia “las aspiraciones sionistas judías” de crear un “hogar nacional” en Palestina, al tiempo que recalcaba que no se debía “hacer nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina”.
Antes de su encuentro con Netanyahu, la jefa del Gobierno británico alertó de que los asentamientos israelíes en Palestina son una dificultad para alcanzar la paz. - Efe