Bruselas - El presunto terrorista abatido anteanoche por militares en la estación Central de Bruselas es un marroquí de 36 años que actuó solo y detonó una única maleta cargada con clavos y botellas de gas, informó ayer la Fiscalía federal belga. El Ministerio Público precisó que el sospechoso, a quien solo identificó con las siglas O.Z., había nacido el 12 de enero de 1981 y vivía en el barrio bruselense de Molenbeek (norte), el mismo distrito donde crecieron los terroristas que atacaron París en noviembre de 2015. “Los hechos están investigándose como un intento de atentado terrorista”, confirmó el portavoz de la Fiscalía, Eric Van der Sypt, en una rueda de prensa.
El hombre entró en la estación a las 20.39 horas del martes y cruzó el vestíbulo principal de la estación para después dirigirse hacia un grupo de personas. Tras apartarse durante cinco minutos, volvió al grupo y, con su maleta en la mano, causó una explosión “parcial” que no causó ningún daño personal, pero sí un pequeño incendio, cuyas imágenes fueron las primeras menciones al incidente en las redes sociales.
Según la Fiscalía, el atacante dejó la maleta en llamas y bajó las escaleras hacia los andenes persiguiendo a un responsable de la estación. En su ausencia, la maleta explotó una segunda vez “de forma más violenta”, de nuevo sin causar heridos. Tras la segunda explosión, el sospechoso volvió al vestíbulo y se precipitó hacia un militar que patrullaba la zona gritando “Allahu akbar” (Alá es grande), a lo que el soldado contestó abriendo fuego con su arma y “disparando en el blanco varias veces”.
“Trató de hacer más daño del que causó, eso está claro”, aseguró el portavoz, quien confirmó que el atacante murió en la propia estación como resultado de las heridas. Van der Sypt desmintió así las primeras informaciones distribuidas por algunos medios locales, según las cuales el hombre portaba un cinturón con explosivos que habría sido la fuente de las explosiones. El sospechoso tampoco portaba armas de ningún tipo.
conocido Medios locales señalaron durante la mañana de ayer que el sospechoso ya era conocido por las autoridades por delitos sexuales y de tráfico de drogas, unos hechos que no desmintió ni confirmó el portavoz de la Fiscalía. “No puedo comentar nada sobre sus antecedentes criminales. Solo puedo confirmar que no era conocido por terrorismo”, sostuvo.
El suceso creó un momento de pánico entre las personas presentes y obligó a evacuar inmediatamente la estación y las calles aledañas. El ministro belga del Interior, Jan Jambon, dijo en una entrevista en la radio pública RTBF que “se ha evitado lo peor” y confirmó que el nivel de amenaza terrorista se mantiene en tres de cuatro posibles, lo que significa que un atentado es “posible y probable”.
El primer ministro belga, Charles Michel, que ayer convocó al Consejo de Seguridad Nacional, aseguró que “no nos vamos a dejar intimidar por los terroristas”, y dejó claro que las autoridades harán lo necesario para garantizar la seguridad. El juez antiterrorista que se ha hecho cargo del caso visitó la escena del crimen anteanoche y el cadáver del hombre fue levantado por la mañana, según la agencia belga.
El domicilio del presunto atacante fue registrado durante la noche por fuerzas especiales de la Policía, pero la Fiscalía no dio detalles sobre el resultado de la operación.
El portavoz indicó que, de momento, no hay ninguna vinculación entre este caso y el ataque de este lunes en los Campos Elíseos de París, en el que un hombre que había jurado lealtad al grupo yihadista Estado Islámico estrelló un vehículo contra fuerzas de la Gendarmería.
La Comisión Europea, una de las instituciones europeas con sede en la capital belga, lamentó ayer el ataque a través de su portavoz, Margaritis Schinas, quien confirmó que su presidente, Jean-Claude Juncker, había hablado ya con Michel para “expresar el apoyo de la Comisión a Bélgica y felicitar a sus fuerzas de seguridad”. - Efe