Ginebra - Unas 2.000 personas murieron entre julio de 2015 y diciembre de 2016 en el sudeste de Turquía durante operaciones de las fuerzas de seguridad turcas, según un informe de la ONU basado en cifras facilitadas por Ankara y ONGs. “Estas cifras han sido aportadas por el Gobierno, y como no tenemos acceso a la región, no podemos verificar si son ciertas o no, es por eso que no las asumimos como propias, porque necesitan ser verificadas de forma independiente”, explicó en rueda de prensa el portavoz del Alto Comisionado de la ONU, Rupert Colville. Según las cifras gubernamentales, de las 2.000 personas supuestamente fallecidas en el contexto de las operaciones de seguridad, 800 serían miembros de las fueras de seguridad y 1.200 residentes locales.

Dado que el Gobierno de Turquía no permite el acceso a sus investigadores a la región en conflicto, a pesar de que ha sido solicitado en innumerables ocasiones, el informe ha tendido que ser elaborado a distancia.

Gracias a ONGs, defensores de derechos humanos y a imágenes de satélite, el Alto Comisionado ha podido documentar que las operaciones llevadas a cabo por las fuerzas se seguridad han provocado el desplazamiento forzado de entre 355.000 y 500.000 personas, y que se cometieron cientos de abusos a los derechos humanos.

El documento habla de desapariciones forzadas masivas, incitación al odio, bloqueo de acceso a ayuda médica de emergencia, a comida, agua y cualquier tipo de asistencia de supervivencia, así como violencia sexual contra las mujeres.

La mayoría de las víctimas eran de origen kurdo. “Para poder determinar el número real de víctimas, así como hacer un recuento profundo de los abusos cometidos, necesitamos acceso, necesitamos que un grupo de investigadores vaya sobre el terreno y entreviste a las víctimas, por eso reiteramos nuestro llamamiento al Gobierno para que lo permita”, aseguró Colville.

“La investigación podría ser nacional, pero independiente e imparcial, o internacional, pero tiene que haber pesquisas sin demora”, agregó.

El portavoz explicó que el Gobierno no da una razón concreta por la cual impide el acceso y la investigación, y que su única respuesta ha sido invitar al alto comisionado, Zeid Ra’ad al Hussein, a visitar el país.

encuentro putin-Erdogan Mientras, los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se mostraban ayer satisfechos con el ritmo de normalización de las relaciones, tanto en el plano económico como en el arreglo de conflictos, incluido el sirio. “Estamos muy contentos de que nuestras relaciones se están restableciendo a un ritmo bastante rápido”, dijo Putin el inicio de las conversaciones con Erdogan en el Kremlin.

Putin destacó que ambos países “trabajan activamente en la solución de las crisis más agudas en el mundo, en primer lugar, en Siria”. - Efe