BUDAPEST. Cientos de refugiados han entrado en la estación del este de Budapest este jueves, después de que la Policía se retirara de sus puertas tras dos días bloqueando la entrada, y han tratado de subirse a un tren.
En la estación se han vivido momentos de caos, ya muchos de los refugiados han tratado de abrirse camino y subir al tren con sus hijos a través de puertas y ventanas, en la creencia de que podría llevarles hacia Alemania o Austria.
Sin embargo, el principal operador de trenes de Hungría ha revelado que no hay trenes que partan de esta estación con destino a Europa occidental. Un portavoz de la Policía austríaca ha indicado que desde la estación del este no parten trenes hacia Austria.
"Atención por favor, el tren de la vía 8 no va a salir. Por favor, bájense del tren", se ha pedido a través de los megáfonos de la estación.
Entretanto, la plaza frente a la estación en la que habían permanecido unos 2.000 refugiados ha quedado prácticamente vacía, después de que se hayan abierto de nuevo las puertas de la estación, sin que por ahora esté claro por qué se han retirado los agentes, tras dos días bloqueando los accesos.
Durante la jornada del miércoles se vivieron varios momentos de tensión ante las protestas de varios cientos de refugiados que, al grito de "libertad, libertad", reclamaban poder seguir adelante con sus viajes a las autoridades húngaras.
La retirada de la Policía de la estación ha coincidido con el inicio de la sesión parlamentaria extraordinaria para debatir el endurecimiento de las leyes de inmigración y castigar a aquellos detenidos intentando saltar la valla de 3,5 metros de altura que se está construyendo en la frontera con Serbia.
Gergely Gulyas, diputado del gobernante Fidesz, ha indicado este jueves a la agencia MTI que las medidas podrían aprobarse esta misma semana, lo que permitiría reducir las entradas ilegales en el país a "cero" para mediados de septiembre.