Hong Kong - China celebra hoy el 65 aniversario de la llegada al poder del Partido Comunista y la creación de la República Popular en medio de uno de los mayores retos de las últimas décadas al sistema, la protesta democrática de Hong Kong. Las manifestaciones en la excolonia británica se mantienen en medio de la inacción policial, en lo que parece una táctica de las autoridades por intentar que la protesta pierda fuerza y se apague por sí misma, sin lanzar una represión a gran escala.

La acción de los agentes antidisturbios entre el sábado y la madrugada del lunes tuvo un efecto contraproducente y echó más manifestantes a la calle, por lo que las autoridades han cambiado de estrategia. “Si hubieran querido arrasarla (la protesta), lo hubieran hecho en dos minutos. No lo quieren hacer, porque China quiere tener un puesto en la gobernanza mundial”, afirma Francisco Nieto, profesor universitario y director en Pekín de la Iniciativa Global Asia-América.

Nieto recuerda que China tiene pendientes muchos asuntos clave a nivel internacional (su objetivo de ser un referente económico y político mundial, las disputas en el Mar de China, la cumbre de la APEC de noviembre en Pekín) como para lanzar una represión violenta. “El mundo tiene sus ojos puestos en Hong Kong”, destaca.

El aniversario de hoy llega precedido del primer Día de los Mártires, celebrado hoy tras ser establecido el pasado 31 de agosto, dentro de la política de nacionalismo asertivo que el Gobierno de Pekín está desarrollando estos últimos años. Pero este nacionalismo, que vale para buena parte de la población china, no sirve en Hong Kong, donde la reintegración a la soberanía de Pekín de 1997 siempre se vio con una buena dosis de desconfianza hacia el gigante asiático.

Ahora, la protesta hongkonesa a favor de más democracia se ha convertido en uno de los mayores retos para el Gobierno desde las manifestaciones democráticas que acabaron en la represión de Tiananmen en 1989.

Nieto cree que, en Hong Kong, el mecanismo de “un país, dos sistemas”, con el que China ha intentado encajar en 1997 al territorio y ganarse el corazón de sus habitantes (y, de paso, intentar atraer a la isla rebelde de Taiwán), ha servido hasta ahora pero acaba de chocar con una barrera. - R.C.