ginebra. El presidente del Parlamento de Irán y anterior negociador nuclear, Ali Larijani, afirmó ayer que su país tiene la "firme voluntad" de lograr un acuerdo global sobre su programa nuclear y se mostró "optimista" respecto a las conversaciones con el grupo 5+1 de la próxima semana en Ginebra. Larijani precisó que este encuentro abre una "nueva oportunidad" para que las partes enfrentadas por el plan nuclear de Irán "restablezcan su confianza", lo que valoró como un primer paso fundamental para una "solución política" al conflicto que "ahora sí es posible". "Países que hasta hace poco eran partidarios de sanciones y amenazas contra mi país ahora abogan por una solución política al asunto. Es un cambio muy positivo", declaró ayer en Ginebra.

El presidente allanaba así el camino de cara a las negociaciones que se celebrarán los días 15 y 16 de octubre en Ginebra con el grupo 5+1, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, EEUU, Francia, el Reino Unido y Rusia) más Alemania, con el fin de avanzar en una solución por la vía diplomática.

Aunque Larijani se mostró satisfecho con esta "nueva atmósfera propicia al diálogo", no dio detalles sobre si el régimen iraní estaba dispuesto a hacer concesiones respecto a su programa de enriquecimiento de uranio. "Si hay una voluntad política clara de las dos partes, no debería ser complicado lograr una solución", indicó.

renuncia a las armas nucleares Precisamente, lo que está en juego en Ginebra es la búsqueda de un acuerdo que permita a Irán mantener su acceso a la tecnología nuclear, pero sujeto al compromiso del país de renunciar a las armas atómicas. Sobre esta cuestión, Larijani recordó que el Gobierno iraní ya ha expresado "en múltiples ocasiones" que no tiene intención de construir la bomba atómica -principal temor de Occidente-, pero insistió en su "derecho" a llevar a cabo y desarrollar su programa nuclear con fines pacíficos.

La anécdota del día la protagonizó el ministro de Asuntos Exteriores y jefe negociador nuclear iraní, Mohamed Javad Zarif, que acudía a un hospital para recibir tratamiento médico por unos dolores que él afirma que le han surgido al leer una noticia falsa en un periódico iraní conservador que aseguraba que el político había definido como un "error" la conversación telefónica que mantuvieron el presidente estadounidense, Barack Obama, y el máximo mandatario iraní, Hasán Rohani.