El Cairo. Los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS) reivindicaron ayer el asesinato de 65 miembros de las fuerzas gubernamentales y el derribo de un avión de combate, en medio de bombardeos y choques entre ambos bandos para controlar las principales ciudades del país. El jefe de la Comandancia Militar del ELS en la provincia meridional de Deraa, Ahmed al Naama, informó de que sus hombres atacaron con proyectiles de mortero un puesto de control situado en la ciudad de Tafas, en esa región.

En este ataque, sobre el que el régimen sirio ha guardado silencio, fallecieron 65 efectivos de las fuerzas de seguridad, soldados y shabiha (sicarios leales al régimen), según Al Naama, quien señaló que los insurgentes destruyeron cuatro tanques. El dirigente rebelde aseguró que Tafas está "totalmente bajo el control del ELS", pero que las tropas del régimen de Bashar al Asad se encuentran todavía en las afueras de la ciudad con el objetivo de irrumpir en ella.

La provincia de Deraa, fronteriza con Jordania, es uno de los principales feudos opositores desde que en ella estallaron las primeras protestas contra Al Asad en marzo de 2011. La represión gubernamental contra esta zona ha sido constante, lo que ha obligado a parte de la población a huir a Jordania. Un activista de Tafas identificado como Yazid al Bardan explica que de los 50.000 habitantes solo quedan en esta localidad unas 2.000 personas.

Tafas sufría ayer el tercer día consecutivo de bombardeos que, según Al Bardan, han agravado la situación humanitaria en la ciudad, donde escasean medicamentos y material de primeros auxilios para atender a los heridos. "Tenemos miedo de que si el ELS se retira, las fuerzas del régimen entren en la ciudad y cometan una masacre contra los civiles", apuntó el activista. Además del ataque contra el citado puesto de control, los rebeldes anunciaron ayer que derribaron un avión de combate de las Fuerzas Armadas sirias en Mohasen, en la provincia nororiental de Deir al Zur.