La Justicia vaticana prosigue con la instrucción del caso de las filtraciones de documentos reservados de la Santa Sede, por el que fue detenido la pasada semana el mayordomo del papa Benedicto XVI, Paolo Gabriele, acusado del robo de papeles secretos.
El juez Piero Antonio Bonnet ha iniciado ya la "instrucción formal" del caso. La investigación se centra ahora en encontrar a los llamados cuervos vaticanos, los topos que filtraron los documentos reservados enviados a Benedicto XVI y a su secretario, Georg Ganswein, y que han sido publicados, entre otros, por el libro Sua Santità, del periodista Gian Luigi Nuzzi.
Entre esos cuervos, la prensa italiana sitúa a una mujer que vive fuera del territorio del Estado del Vaticano y que ha acompañado al Papa en viajes internacionales, así como a un cardenal italiano. Asimismo en una entrevista en el medio italiano La Repubblica, un supuesto miembro de esos topos afirma que en la trama hay tanto religiosos como seculares. Uno de los cuervos, asegura que sus acciones sólo tienen por objetivo proteger al papa Benedicto XVI de las pugnas internas en el Vaticano.
Mientras, el mayordomo del Papa pasó ayer nueva noche en la celda de seguridad del Vaticano, después de que en un registro en su vivienda del pequeño Estado se encontraran, según el diario Corriere della Sera, hasta cuatro cajas de documentos reservados y material de copia. En la misma entrevista publicada en La Repubblica, en la que no se ofrecen datos sobre la identidad de esta persona, el supuesto cuervo afirma que el mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, no tiene que ver con esta trama sino es por "haber entregado cartas bajo petición".
"Quien lo hace (la filtración de documentos) actúa a favor del Papa. Porque el objetivo de los cuervos es que emerja el movimiento que existe dentro de la Iglesia en estos últimos años, a partir de 2009-2010", afirma el supuesto topo. "Hay algunos que se oponen al secretario de Estado, Tarcisio Bertone. Hay quienes piensan que Benedicto XVI es demasiado débil para llevar la Iglesia. Quienes consideran que es el momento adecuado para dar un paso adelante. De este modo se ha convertido en un todos contra todos, en una guerra en la que no se sabe ya quién está con quién y quién contra", añade. De hecho, apunta que la filtración de documentos "nace sobre todo del temor de que el poder acumulado por el secretario de Estado pueda no ser conciliable con otras personas en el Vaticano. "Hay siempre una pista económica. Hay también intereses económicos en la Santa Sede. En 2009-2010 algunos cardenales han comenzado a percibir una pérdida de control central", indica.
desmentido Como informó Lombardi el sábado, Gabriele ha nombrado a dos abogados que le están asistiendo en el proceso y el mayordomo en todo este tiempo ha mantenido el máximo silencio, limitándose a rezar en su celda, según la prensa italiana. Pero en el pasado fin de semana las miradas se centraron en la figura del papa, quien, según informaron fuentes vaticanas, estaba "muy entristecido y afectado" por la detención de su mayordomo, quien trabajaba en el apartamento papal desde 2006. En la misa de Pentecostés que celebró el domingo pasado en la basílica de San Pedro del Vaticano, Benedicto XVI hizo un llamamiento a la unidad y a la verdad entre las personas en un momento en el que, dijo, se revive el pasaje bíblico de la Torre de Babel, en el que los hombres actuaban "unos contra los otros".Sin embargo, Lombardi negó ayer de forma tanjante que algún cardenal y alguna mujer estén siendo investigados por la filtración de documentos reservados del Vaticano. Lombardi aseguró también que el mayordomo de Benedicto XVI está dispuesto a colaborar con la Justicia vaticana. "Lo que se cuenta es pura fantasía", indicó Lombardi. Éste señaló que el hecho de que la comisión cardenalicia creada por el Papa para investigar la filtración de documentos reservados, que preside el español Julián Herranz, pregunte a diferentes personas, "no significa que sean sospechosos". El jesuita calificó asimismo de "muy exagerado y sin base" las informaciones aparecidas ayer en la prensa referentes a que detrás del robo de documentos y filtración a los medios supuestamente se esconde una lucha interna por el poder entre facciones vaticanas contrarias al actual secretario de Estado, Tarcisio Bertone.