El Cairo. La muerte de más de 150 personas, entre ellos 35 mujeres y niños, según denunció ayer la oposición, y las posiciones irreconciliables entre los rebeldes y el régimen sirio alejan por momentos la posibilidad de poner en marcha el plan de paz en Siria, horas antes de que se cumpla el plazo.

Además, varios disparos procedentes del interior de Siria y atribuidos a militares pro Bachar al Asad acabaron con la vida de dos personas en el campamento de refugiados turco de Kilis.

Respecto a los más de 150 fallecidos, si el domingo las autoridades sirias exigieron "garantías escritas" de que los grupos armados de la oposición iban a cesar la violencia, ayer el rebelde Ejército Libre Sirio (ELS) condicionó el cumplimiento de Damasco al plan del enviado internacional Kofi Annan.

Aunque en un comunicado, los rebeldes anunciaron ayer su "respeto total" al plan de paz de Annan y al artículo que estipula la detención de la violencia por todas las partes implicadas, consideraron que como "parte defensora" del pueblo sirio frenarán sus operaciones si el régimen lo hace primero.

Tanto el régimen sirio como los rebeldes del ELS tienen hasta hoy para comenzar a aplicar la iniciativa de Annan y retirar a las tropas de las ciudades, y hasta el día 12 para que se ponga fin de forma definitiva a las hostilidades.

Ataque en Turquía Fuentes procedentes del interior del campamento turco confirmaron ayer la muerte de dos personas en el interior del campo de refugiados en y señalaron también que hay otros cuatro heridos, entre los que se encuentra una médico.

Según las fuentes, los militares comenzaron a disparar contra un grupo de sirios que trataban de huir a Turquía a primera hora de la mañana escapando de los combates. Ante la situación, refugiados de Kilis acudieron a socorrerles y en ese momento fueron tiroteados desde dentro del país.

Además, un cámara de la cadena de televisión libanesa Al Jadeed falleció también ayer "por disparos del ejército sirio" en la frontera con Siria mientras grababa un reportaje, según aseguró el canal de televisión. El primer ministro libanés, Najib Mikati, condenó la muerte de Ali Chaabane y reclamó a Damasco una investigación.