Washington. El Departamento de Defensa estadounidense presentó ayer veintidós cargos adicionales contra Bradley Manning, el soldado raso que supuestamente filtró los cables diplomáticos a Wikileaks. Entre las acusaciones figura la de "ayudar al enemigo" bajo el uniforme estadounidense, que está castigado con la pena de muerte, aunque el equipo legal del Ejército señaló que no recomendará este castigo al juez militar que supervisará su caso, sino que pedirá la cadena perpetua.
Manning está recluido desde junio en un centro penitenciario militar de Quantico, Virginia. En mayo había sido detenido en Bagdad y recluido sin cargos durante más de un mes en una base de Kuwait. Pasado este tiempo fue enviado a Estados Unidos, donde fue acusado de incumplir el Código Militar, que conlleva una pena de 52 años. A sus 23 años, Manning podría ser el autor de la mayor filtración de la historia de Estados Unidos, un hecho por el que para muchos es un héroe y para otros tantos, un traidor.
Traidor traicionado Manning ingresó en el Ejército en 2007 y es un experto en espionaje, pero cometió un grave error: revelar su acción a un desconocido, el reputado hacker Adrian Lamo, quien le descubrió ante las autoridades estadounidenses. Así, el "traidor" fue también traicionado. Según Lamo, conocido por infiltrarse en páginas como la del periódico The New York Times , a menudo es contactado por otros hackers que quieren contarle sus aventuras, pero nunca se había planteado delatar a nadie. Sin embargo, pensó que la filtración de cables diplomáticos podía poner en peligro la seguridad de EEUU.
Manning veía las cosas de otra manera. "Si tuvieras acceso a redes clasificadas durante 14 horas al día, siete días a la semana durante más de ocho meses, ¿qué harías?", le preguntó el soldado a Lamo en uno de los mails que intercambiaron, a los que tuvo acceso la revista estadounidense Wired. Los documentos tenían "cosas increíbles, cosas horrorosas que deben pertenecer al dominio público y no a algún servidor almacenado en una habitación en Washington", se justificó. Con esta premisa, Manning filtró a Wikileaks el vídeo de un ataque con helicópteros en Bagdad, en 2007, en el que fallecieron 12 civiles desarmados, entre ellos dos empleados de la agencia Reuters. También entregó otro vídeo sobre un ataque aéreo a la localidad afgana de Garani, en la que fallecieron cien personas, y un informe clasificado del Pentágono en el que se consideraba a Wikileaks como "una amenaza para el Ejército".
Pero la mayor filtración del soldado Manning habrían sido, según Lamo, los alrededor de 260.000 documentos sobre la diplomacia estadounidense que el soldado calificó como "casi política criminal". "Hillary Clinton y varios miles de diplomáticos de todo el mundo van a sufrir un ataque al corazón cuando se levanten una mañana y descubran todo un almacén de mensajes clasificados disponible al público", comentó Manning.
Y así ocurrió. Ahora, el soldado raso es considerado un "enemigo" de EEUU. Según la acusación, el soldado tuvo acceso a los documentos cuando estaba destinado en la Base Operativa Avanzada Hammer, al este de Bagdad, y podía consultar dos redes clasificadas del Gobierno estadounidense, Siprnet y Joint Worldwide Intelligence Communications System.