Bengasi. El líder libio, Muamar el Gadafi, cada vez más aislado en su feudo de Trípoli y presionado por la comunidad internacional, encargó ayer al responsable de los servicios secretos exteriores, Buzid Durda, dialogar con los rebeldes del este del país.
Además de ese intento de diálogo con la oposición, que controla la zona este del país y varias ciudades del oeste, Muamar el Gadafi ha tratado de establecer contacto con los máximos responsables de las tribus, pero éstos han rechazado entablar negociaciones, según un corresponsal de la cadena qatarí Al Yazira.
El nuevo movimiento de Gadafi se produce un día después de que Abdelhafiz Hoga, portavoz de la coalición revolucionaria del este de Libia, formada por opositores rebeldes, afirmara que, desde su punto de vista, no se puede negociar con Gadafi después del derramamiento de sangre causado por las fuerzas de seguridad del régimen.
No obstante, en Bengasi -sede temporal del máximo órgano dirigente de las fuerzas opositoras- Hoga precisó que la coalición, que se encarga de coordinar los consejos populares de las poblaciones controladas por los rebeldes, aún no había tomado una decisión sobre un posible diálogo con Gadafi.
Coincidiendo con estas ofertas, Estados Unidos anunció ayer la movilización de sus fuerzas militares para presionar al régimen libio y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, no descartó la opción de declarar una zona de exclusión aérea sobre Libia para que los aviones de Gadafi no puedan bombardear partes del país, como ocurrió ayer. Ante las crecientes presiones, el líder libio, que ya hace unos días se preguntaba dónde estaba la hermandad árabe, manifestó que se siente traicionado por la ONU y abandonado por Occidente.
Pero al tiempo que encargaba diálogo, Gadafi ordenaba a sus fuerzas aéreas atacar varias zonas del país en poder de los rebeldes.
Al menos dos helicópteros de las fuerzas de seguridad fieles al régimen de Gadafi fueron derribados ayer cerca de la ciudad de Misrata, a unos 200 kilómetros al este de Trípoli, cuando intentaban bombardear la sede de la radio local.
El abogado Abdel Baset Merziq, miembro del comité revolucionario de Misrata, dijo a la cadena Al Arabiya que el primer helicóptero fue abatido antes de que disparara, pero el segundo lanzó tres misiles, que no causaron víctimas, antes de ser derribado cerca de esta localidad.
Por su parte, el activista político Meftah Abdelhamid aseguró que un batallón dirigido por uno de los hijos de Gadafi ha ocupado una escuela de la aviación militar, al suroeste de la ciudad, y mantiene en su poder como rehenes a entre 400 y 600 estudiantes. El activista añadió que los rebeldes lanzan regularmente ataques contra ese batallón, sin que hayan podido hasta el momento liberar a los rehenes. Además, un avión militar de las fuerzas leales a Gadafi bombardeó ayer un depósito de armas cerca del cuartel de Hania, en la región de Edjibiya, a unos 200 kilómetros al suroeste de Bengasi.
Gadafi decidió apartar del poder a su cuñado Abdalá Senusi, que comandaba hasta ahora sus fuerzas leales y era el número dos de los servicios secretos exteriores libios. Mientras, los rebeldes controlan ya la estratégica ciudad de Zauiya. Las batallas de los últimos días se han decantado finalmente del lado de los opositores y ni la artillería pesada, ni las incursiones esporádicas de los mercenarios africanos pagados por el dictador han logrado someter a los ciudadanos. Su resistencia a esos ataques les ha dado ventaja en su afán por acercarse a las puertas de Trípoli . Los rebeldes ya están a las puertas de la capital y último bastión del régimen que ha dominado el país magrebí durante los últimos 42 años.