parís. La madre de las dos mellizas suizas de seis años desaparecidas hace dos semanas, la italiana Irina Lucidi, sobrevoló ayer parte de la isla francesa de Córcega en compañía de los investigadores que intentan encontrar a Alessia y a Livia, informaron ayer los medios galos.
Según la emisora France Info, el helicóptero sobrevoló localidades del sur de la isla, como Porto-Vecchio, y del este, como Pianottoli.
No se descarta que se realice otra batida sobre Macinaggio, lugar que la familia visitó en unas vacaciones en 2008, o Scala di Santa Regina, donde el testimonio de un bombero situó un coche Audi de color negro parecido al del padre, Matthias Schepp.
La madre de Alessia y Livia había pedido que se siguiera buscando a sus hijas, a las que cree vivas a pesar de la carta que el padre le envió antes de suicidarse, en la que le decía que las niñas habían muerto.
"Querida mía, quería morir con mis hijas, pero no ha sido así. Seré el último en morir. Ya he hecho morir a las niñas. No han sufrido y ahora descansan en un lugar tranquilo", escribía. A partir de ese documento, los investigadores consideraron la posibilidad de que el padre intoxicara a las niñas en el trayecto entre Marsella y Córcega y arrojado sus cuerpos al mar.
Los agentes intentan reconstruir el viaje de las niñas con su padre, que las recogió el pasado 29 de enero en Lausana (Suiza), donde vivían con su madre, para pasar con ellas el fin de semana, tomó un ferry dos días después entre Marsella y Propriano (Córcega) y se suicidó en Italia.
Las pruebas de ADN y las declaraciones de varios testigos han confirmado que los tres estuvieron en el barco. Sin embargo, aumentan los testimonios de quienes dicen haber visto a las niñas con vida después de la fecha de ese viaje, como el del dueño del bar de una gasolinera, que aseguró recordarles juntos el 2 de febrero.