BERLIN. El Gobierno alemán negó este viernes que la canciller alemana, Angela Merkel, haya declarado al presidente francés, Nicolas Sarkozy, que su país esté planeando llevar a cabo un desmantelamiento de los campamentos de gitanos en Alemania, negando así los comentarios que el dirigente galo realizó durante la cumbre de la UE celebrada ayer.
Sarkozy indicó que contaba con el apoyo de Merkel en la disputa con la Comisión Europea --que acusa a París de infringir el derecho comunitario al enviar a los inmigrantes gitanos de vuelta a Rumanía y Bulgaria--, y así lo hizo saber durante la rueda de prensa posterior a la cumbre.
"La señora Merkel me ha indicado su deseo de proceder con la evacuación de los campamentos en las próximas semanas", señaló Sarkozy a los periodistas al final de la cumbre.
Pero Alemania ha negado que Merkel haya realizado estos comentarios. "La canciller Merkel ni habló durante el Consejo Europeo ni durante las conversaciones con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en los márgenes del Consejo sobre los supuestos campamentos de gitanos en Roma, ni mencionó su desmantelamiento", afirmó su portavoz en un comunicado.
"El Gobierno apoya a Francia en relación a la forma y al tono de las críticas por parte de la comisaria Reding", añadió, en referencia a la vicepresidenta de la Comisión, Viviane Reding, responsable de la cartera de Justicia.
Reding, refiriéndose a la persecución de la Alemania Nazi hacia los gitanos durante la Segunda Guerra Mundial, señaló el pasado jueves que le preocupaba volver a la discriminación étnica y al pasado oscuro de Europa.
Después de un duro intercambio de palabras con Sarkozy durante un almuerzo a puerta cerrada, el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, se distanció de los "exagerados comentarios" de Reding, y señaló, en clara referencia a la reacción francesa, que "otros deberían pensar en hacer lo mismo".
Francia incrementó la expulsión de los inmigrantes gitanos durante el pasado verano, ofreciéndoles un incentivo económico para abandonar el país como parte de una iniciativa de Sarkozy para reforzar la seguridad. Este año se han producido más de 8.000 expulsiones.
El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, señaló que, en su opinión, se habría producido cierta confusión entre Sarkozy y Merkel. "Sospecho que hay un malentendido aquí, porque la canciller indicó públicamente y a mí cómo fueron las conversaciones y no hay un anuncio así por parte de la canciller alemana", señaló este viernes a una radio pública local. "Esto violaría la Constitución alemana, y no hay debates semejantes", añadió.