Berlín. La canciller alemana, Angela Merkel, calificó como una "revolución" la decisión de su Gobierno de alargar la vida de algunas centrales nucleares germanas hasta 2040 ya que así se podrá "garantizar el suministro eléctrico, reducir las emisiones de CO2 y facilitar el desarrollo de las energías renovables". Alemania contará en las próximas décadas "con el suministro eléctrico más eficiente y ecológico del mundo", dijo Merkel en una breve intervención ante los medios en la Cancillería Federal, en la que subrayó que el fin último de la decisión de alargar hasta 14 años la vida de las centrales nucleares más modernas del país "es alcanzar lo antes posible la era de las energías alternativas".

El compromiso de los partidos de la Unión (cristianodemócratas y socialcristianos bávaros CDU/CSU) y los liberales (FDP) anunciado ayer por Merkel contempla que las plantas atómicas construidas a partir de 1980 puedan prolongar su vida hasta 14 años, mientras las mas antiguas tendrán una longevidad suplementaria de 8 años. Esto significa que las últimas centrales nucleares alemanas, de las 17 que se encuentran actualmente funcionamiento, serán desconectadas poco antes de 2040, mientras el acuerdo anterior, suscrito por la coalición socialdemócrata-verde de hace dos legislaturas, estableció que la energía atómica desaparecería de Alemania en 2022.

Asimismo, la medida anunciada ayer contempla el pago por parte de los grandes consorcios energéticos alemanes de tasas suplementarias para el desarrollo de las energías alternativas que alcanzarían hasta 15.000 millones de euros, según explicó el ministro de Economía, Rainer Brüderle. Con independencia de este acuerdo, los cuatro grandes consorcios energéticos alemanes -E.on, EnBW, RWE y Vattenfall- deberán pagar a partir de 2011 y durante seis años una tasa nuclear suplementaria de 2.300 millones de euros, que revertirá en su totalidad en los presupuestos federales con el fin de reducir la deuda acumulada del Estado. En total desembolsarían 30.000 millones.

oposición Merkel insistió en que las plantas nucleares y las centrales térmicas de carbón son "fuentes de energía puente", que no estarán en funcionamiento "más tiempo del necesario", hasta que la mayor parte del suministro energético tenga un origen renovable.

Sin embargo esta iniciativa se enfrenta a una fuerte resistencia por parte de la oposición socialdemócrata, verde y de La Izquierda, así como de varios estados federados, que han anunciado un recurso ante el Tribunal Constitucional y un otoño caliente que comenzará con una gran manifestación de protesta en dos semanas. Y es que Merkel pretende aprobar la medida sin que ésta pase por las Cortes.