bagdag. El vicepresidente estadounidense, Joseph Biden, llegó ayer a Irak para reunirse con dirigentes iraquíes y asistir a la ceremonia de la retirada de las tropas de combate de EEUU, que ocurre en medio del temor a un repunte de la violencia.

Biden se entrevistará hoy, fecha oficial del fin de las operaciones de combate, con los responsables iraquíes para reiterar el compromiso a largo plazo de EEUU con Irak, según la Casa Blanca y el diario gubernamental iraquí Al Sabah. En sus reuniones con los dirigentes de los distintos bloques políticos iraquíes, entre ellos el primer ministro en funciones, Nuri Al Maliki, Biden tratará de impulsar el estancado proceso de formación de un nuevo Gobierno.

Además, participará el 1 de septiembre en el acto en el que el Ejercito de EEUU traspasará el mando a las fuerzas iraquíes. La retirada estadounidense es seguida con interés por el pueblo iraquí, que teme un aumento de la violencia debido a la falta de preparación del Ejército, algo que reconoció el pasado día 11 el jefe del Estado Mayor iraquí, general Babakar Zibari. Además, Al Maliki advirtió hace dos días de que la red terrorista Al Qaeda y los seguidores del ex partido gobernante Baaz, del difunto dictador Sadam Husein, tienen planes de lanzar nuevos ataques.

En su sexto viaje a Irak desde que asumió su cargo, Biden se centrará en acabar con la inestabilidad política, y se entrevistará en Bagdad con Al Maliki y con el presidente iraquí, Yalal Talabani, así como con el líder de la coalición Al Iraqiya, Ayad Alaui, y el dirigente de la Alianza Nacional Iraquí, Emar al Hakim.

El analista político Omar Nabili cree que la retirada estadounidense puede mandar un mensaje a los dirigentes iraquíes de que deben asumir su responsabilidad y dejar de lado sus diferencias. "La retirada es un momento importante en la vida de los iraquíes que deben sacar fruto de ella para establecer una hoja de ruta con el fin de impulsar el proceso de consenso nacional", señaló Nabili.