Esto es lo que deberías hacer siempre cuando aparcas el coche en cuesta
Es recomendable realizar una serie de acciones que cambian según sea pendiente ascendente o descendente
Encontrar sitio para aparcar el coche no es siempre sencillo, sobre todo en grandes ciudades, centros urbanos y en horas punta, con lo que en muchas ocasiones toca buscar lugares más alejados o incómodos para estacionar, como calles en cuesta. Si decidimos (o no nos queda más remedio) dejar nuestro vehículo en un lugar con una pendiente elevada, ya sea ascendente o descendente, deberemos tener en cuenta una serie de consejos para no llevarnos una sorpresa desagradable.
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Freno de mano
En primer lugar deberemos ser cuidadosos en la propia maniobra. Aunque muchos de los coches modernos cuentan con un sistema que retiene automáticamente el coche en las cuestas aunque sueltes el freno, lo que facilita enormemente avanzar sin miedo a que el vehículo se vaya hacia atrás en el momento de dejar de pisar el pedal del freno, no todos tienen esa ayuda, con lo que habrá que extremar la precaución en la maniobra y dejar un espacio suficiente para protegernos también de las posibles maniobras del resto de coches estacionados.
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Una vez aparcado el coche es fundamental accionar el freno de mano, para así evitar que la fuerza de la gravedad pueda mover el coche a lo largo de la pendiente y acabe chocando con otro coche, con el mobiliario urbano o incluso causar un atropello. Si nuestro vehículo cuenta con freno de mano automático, no está de más comprobar que está activado comprobando el testigo luminoso.
Aparcar cuesta arriba
A partir de ahí lo que hay que hacer depende de si la pendiente es ascendente o descendente. Si aparcamos cuesta arriba es recomendable dejar engranada la primera marcha para que actúe como un freno adicional, bloqueando las ruedas motrices, y evite que el coche se deslice pendiente abajo.
Además, si estacionamos en batería o en diagonal conviene girar el volante y dejar las ruedas hacia el bordillo: a la derecha si aparcamos en el lado derecho de la calzada y a la izquierda si aparcamos en ese lado por tratarse de una vía de sentido único (si aparcamos en la izquierda en carreteras de doble sentido nos exponemos a una multa). Si aparcamos en paralelo es mejor que las ruedas queden orientadas hacia la calzada (hacia la izquierda). Así, si el coche se moviera quedaría frenado contra el bordillo.
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Aparcar cuesta abajo
Si vamos a aparcar cuesta abajo el procedimiento, tras accionar el freno de mano, es el contrario: deberemos dejar engranada la marcha atrás para bloquear la transmisión y evitar que el coche se deslice hacia delante, y también girar las ruedas delanteras hacia el bordillo (hacia la derecha si aparcamos en la derecha o hacia la izquierda si lo hacemos en la izquierda). Es interesante comprobar durante unos segundos que al soltar el pedal de freno el coche permanece inmóvil. Y si va a estar mucho tiempo aparcado en una pendiente pronunciada es bueno colocar cuñas en las ruedas para tener aún más seguridad de que no se moverá accidentalmente.
En caso de contar con un coche automático se debe colocar la palanca en la posición ‘P’ (de parking), lo que sirve para bloquear la transmisión, y orientar las ruedas igual que en los vehículos manuales, según la pendiente sea ascendente o descendente.
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