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Mesa de Redacción

Miren Ibáñez

En un hospital

No sé qué se puede decir con palabras que no hayan dicho hasta la saciedad las imágenes que diariamente llegan desde Gaza. Hay que tener el alma muy oscura para que el corazón no se te encoja al ver a niños con cuerpos esqueléticos al borde de la muerte, a niños que buscan comida entre lágrimas. Niños que han visto morir a su padre, o a su hermana. Niños que no tienen un hogar, que viven entre bombardeos. Su mirada, esa mirada, es la que debe avergonzarnos hasta el tuétano. Y da igual lo que escriba aquí, porque se quedará inmensamente corto. El lunes, el ejército israelí bombardeó en dos ocasiones consecutivas el Hospital Nasser de Gaza. Dos veces consecutivas. Eso significa que el segundo bombardeo pilló en el hospital a las víctimas del primero y a los rescatistas, sanitarios y periodistas que acudieron al lugar para ayudar a las víctimas y contar lo que estaba sucediendo. Que un hospital sea un objetivo militar ya da el nivel de lo que está ocurriendo en Gaza. Que el primer ministro israelí se permita decir tras ese doble ataque que “Israel lamenta profundamente el trágico accidente” es puro cinismo y pura maldad. Accidente. Un bombardeo en dos etapas. Veinte muertos. En un hospital. Claro. Hasta el próximo. No hay palabras.