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Mesa de Redacción

Miren Ibáñez

Seguimos para bingo

A Isabel Díaz Ayuso le importa medio higo, exactamente medio higo, que se hable en euskera, en catalán o en lengua inuit en una Conferencia de Presidentes. En su manera de hacer política, pobre pero eficaz, lo importante no es el qué sino el para qué. Donde algunos vemos una falta de respeto, no al lehendakari, sino a la cultura vasca y a la propia Constitución española en la que se envuelve cada vez que tiene ocasión, ella ve combustible para su locomotora. Y le sale fenomenal, hay que reconocerlo. Ella lo hace muy bien, pero daría igual si no tuviera un público dispuesto a aplaudirle y un estado de cosas que lo alimenta. Pero vamos, que no somos tan exóticos. Echen un vistazo al otro lado del charco, a la lucha de titanes en el barro que han desencadenado Donald Trump y Elon Musk –best friends forever hasta hace medio minuto–, sin filtro, porque no saben hacerlo de otra manera. El golpe bajo de Musk vinculando a Trump con Jeffrey Epstein fue respondido por el presidente con la amenaza de cortar los contratos públicos con las empresas del magnate, caso de Space X. Subrayemos lo de contratos públicos y que Musk, con intereses privados en la administración y acceso a datos reservados, se ha dedicado en la Casa Blanca a recortar gasto público. Todo muy edificante. Seguimos para bingo.