Síguenos en redes sociales:

Mesa de Redacción

César Martín

Comercio

Hace escasas fechas, este que escribe y suscribe tuvo que moderar un encuentro con agentes e instituciones con mucho que decir en materia de comercio local. Las conclusiones fueron reveladoras. Como otros muchos sectores económicos, los profesionales que compartieron tiempo y reflexiones con este diario dibujaron un panorama inmediato fundamental, una encrucijada que requiere de todas las virtudes de los buenos comerciantes y de una panoplia de herramientas que ya son imprescindibles en cualquier buena praxis. Todo ello me llevó a pensar en imágenes de un pasado, el mío, en el que había tiendas en los barrios, incluso, de textil y calzado, que bastaban para proveerse sin necesidad de acudir a otros escenarios. Eso ya no existe. Todo ha cambiado al extremo, con la consolidación de usos y costumbres que han pillado a más de uno con el pie cambiado. Supongo que uno se puede lamentar por los tiempos pasados, pero estos no van a volver, así que toca aquello de renovarse o lamentar. Hay ejemplos concretos de éxito, de tiendas de Vitoria que usan las mismas armas que las grandes plataformas internacionales para vender y progresar y otras que se han rearmado para poder pelear de igual a igual.