La Real Academia de la Lengua acaba de presentar la actualización anual de su diccionario. Como lo que no se nombra no existe, el diccionario da cabida a realidades como teletrabajar o dana. La RAE se ha decidido a incluir también el término funk, voz inglesa referida al “género musical nacido en los Estados Unidos de América a mediados de la década de 1960, que fusiona elementos del soul, jazz y ritmos latinos”. Si James Brown levantara la cabeza... No puedo evitar imaginar una reunión de los académicos, pasando lista de la A mayúscula a la Z minúscula, al ritmo de Say It Loud, I’m Black and I’m Proud. Pero ojo que la RAE está a tope y también ha admitido rapear, “cantar o interpretar a ritmo de rap”, después de haber dado cabida hace años al anglicismo rap, “estilo musical de origen afroamericano en que, con un ritmo sincopado, la letra, de carácter provocador, es más recitada que cantada”. Mi imaginación calenturienta no da para atisbar cómo sería una de esas académicas reuniones a ritmo de rap. La RAE también suma dos nuevas acepciones de borceguí, palabra maravillosa que solo recuerdo en boca de mi abuelo. Pero mi favorita es la inclusión de una nueva forma compleja, chiringuito financiero, “entidad financiera al margen de algunos controles y garantías legales”. Porque, insisto, lo que no se nombra no existe.