Parece que fue ayer, pero DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA acaba de cumplir veinte años desde que llegó por primera vez a las manos de la ciudadanía alavesa y recientemente hemos hecho un repaso por nuestra propia historia. En algunos casos, la de DNA es la historia de nuestras vidas, al menos en el mundo laboral, porque cuando llegamos aquí éramos unos pipiolos y con el paso de todos estos años nos hemos ido haciendo mayores. Hemos vivido mil avatares –en lo personal, una década siguiendo al Alavés entre el infierno y el cielo da tranquilamente para una serie de varios capítulos–, nos hemos reído mucho y también algún día hemos llorado. Pero llega un momento en el que toca decidir si quieres seguir al calor de tu casa o si es la hora de buscar nuevos horizontes. A quien por aquí se pasa de cuando en cuando para dar unos cuantos teclazos y despacharse a gusto le ha llegado el día de despedirse de ustedes. En DNA queda el hogar en el que me he hecho mayor, el que me ha dado la oportunidad de desarrollar profesionalmente el Periodismo –y mira que nadie daba un duro por ello– y en el que he pasado media vida y ha pagado mis facturas. A algunas de las personas más importantes de mi vida las he conocido en esta casa –qué sorpresa ayer– y esos lazos son inalterables. Eskerrik asko DNA.