Son tiempos en los que muchas veces buscamos referentes en extraños. Nos asomamos a las redes sociales que nos venden un manual para el día a día. Deslizamos el dedo por la pantalla del móvil topándonos con gurús que nos dicen cómo sacar rendimiento a nuestros escasos ahorros, cómo mantener la línea con cuatro trucos, qué destino turístico no podemos perdernos o cómo ser mejores padres. Ahí estamos, ante ese escaparate del postureo esperando que nos solucionen la vida.
Por suerte, si sabemos mirar bien, en nuestro círculo cercano tenemos referentes de verdad, que conservan y transmiten unos valores que deberíamos fijar en nuestro trending topic vital. Personas que no solo predican sino que dan ejemplo sin echarnos en cara que andemos distraídos en banalidades. Tenerlos cerca es un regalo, sobre todo si somos capaces de darnos cuenta a tiempo y valorarlo. Personas grandes que son a la vez faro, refugio y guía.
Y perderlos es un golpe durísimo, sobre todo cuando ocurre tan pronto. Se intenta sobrellevar celebrando el regalo de haberlos conocido pero duele, es inevitable. El mejor homenaje que podemos hacerle a esa gran persona es replicar en vida alguna de las tantas enseñanzas que nos dejó para ser mejores. Es la forma de que vivan siempre en nosotros.
Goian bego, Ekhi.