Si el personal se divide entre fans de Nesquik o de Cola Cao, también entre quienes siguen minuto y resultado de la precampaña electoral o, por el contrario, les importa un higo porque están ya modo veraniego. Si es de los primeros, puede que lo esté pasando pipa en este periodo entreguerras. Interesante la estrategia que parece haber adoptado el candidato a la reelección, Pedro Sánchez, pasando al ataque en territorios hostiles. El líder del PSOE ha recuperado su Manual de Resistencia bajo el brazo intentando reenamorar a su electorado... La jugada de anticipar los comicios parece que le ha servido para, al menos, cambiar la agenda y cerrar sus filas. Alberto Núñez Feijóo ha pasado unas semanas de equilibrios, en esa especie de émulo de Pimpinela en el que han transmutado PP y Vox, aunque dicen algunos analistas que sus acuerdos, lejos de horadar las posiciones populares, ratifican a su electorado más convencido que tiene lo que quería, cambio –un día de estos se impone un estudio sobre el cambio, ese tótem electoral–. La pregunta es si ese cambio, de la mano de Vox, convencerá al votante más centrado del PP... y/o reactivará al de la izquierda desanimado. Y mientras el bipartidismo dirime sus cuitas, no perdamos de vista lo que ocurre con el resto de partidos, con las siglas más próximas en concreto. Tendrán también mucho que decir...