Cada persona ejerce su profesión con el mayor rigor posible pero hay ocasiones en que debería imponerse el sentido común. Hablo de los policías municipales de Vitoria y las multas que estos días están poniendo en las inmediaciones del colegio CEU Virgen Niña. Mira que el comportamiento de muchos conductores da pie a ponerse las botas en infinidad de lugares con las dobles filas en numerosos barrios que casi te obligan a hacer un rally para llegar a casa. Pues no. Esta semana están llevando por la calle de la amargura a muchos padres de dicho colegio a los que les están poniendo palos en las ruedas para algo tan esencial como llevar a sus hijos al colegio. ¿Dónde pretenden que aparquemos si está cerrado el parking de Mendizabala por la celebración del Azkena Rock, otras calles próximas están copadas por coches llegados del exterior para asistir al festival o, como ya es sabido, se ha inhabilitado un carril de la calle Maite Zúñiga para aliviar los atascos en la zona sur eliminando así centenares de plazas? A algunos padres no les queda otro remedio que estacionar el coche en un camino del Paseo del Batán donde está prohibido, recibiendo así la multa de rigor. Seguro que esto le resulta familiar a más de uno porque sucede en otros colegios. Por lo visto, aquí se trata de facturar.