n la jornada de ayer se dio a conocer un dato que siempre es bienvenido: el pasado mes de mayo se registró la cifra más baja de desempleo en España desde el año 2008, situándose por debajo de los tres millones por primera vez en mucho tiempo. La noticia, aunque todavía mejorable, no deja de ser positiva e indica que algo está haciendo bien el actual Gobierno, que está logrando recuperar muchos de los empleos que se perdieron durante la pandemia. Otra cosa bien diferente que me gustaría conocer es la calidad y las condiciones de algunos de los trabajos que se están creando. Empieza la temporada veraniega, el sector de la hostelería cuenta con 50.000 trabajadores menos que antes del covid-19 y está teniendo dificultades para encontrar camareros. Imagínense cómo deben ser las condiciones para que casi tres millones de personas en paro no quieran trabajar en ciertos bares y restaurantes que buscan aprovecharse de la necesidad ajena. Algunas de las ofertas que se comparten en redes sociales o que denuncian trabajadores del sector en los medios parecen una broma de mal gusto: pagos en negro, jornadas partidas de 12 horas y seis días a la semana, sueldos por debajo de los 5 euros la hora... Bien por los que se niegan. Otros, por desgracia, no tienen otra opción. l